Miles de kilómetros nos
separan, pero ni la enorme distancia que hay entre tú y yo hace que dejé de
pensar un sólo minuto en ti, y de sentir, lo que siento por ti. El palpitar de
mi corazón percibe en la oscuridad de esta gélida noche una tenue sombra tuya,
una silueta vibrante de calor que se me acerca poco a poco en este frío
silencio puro, un eco fantasmal que me acaricia bajo la piel al recordar tus blancas
y delgadas manos sedosas. La tranquilidad, y la seguridad que me brindaron tus
palabras en aquella carta, las sigo sintiendo aquí, sí, justo aquí, calientes, dentro
de mi pecho, donde lenta y constantemente se han estado gestando en fuego
salvaje, donde han crecido a placer y han echado raíz. Me siento tan lleno, y
tan ligero. Al cerrar los ojos veo tu cara…
Cada día me despierto
en la madrugada, e instintivamente me giro y busco tu presencia, solo para
notar que en mi cama hay un gran espacio vacío. Extiendo la mano a donde
normalmente te hallarías, y toco la nada. Sabanas frías y muertas son lo único
que encuentro. Siento los dedos ajenos a mi brazo, como entumecidos por la falta
de circulación de sangre, como huecos por dentro y sin vida. Algo no está nada
bien con ellos, algo les falta, algo indispensable, y ese algo; eres tú, tú;
cariño. El acostumbrado olor a lavanda que
tu cuerpo despide hoy tampoco está flotando en el aire, pero sí en mi mente, en
mi más preciado recuerdo. El movimiento de tus fosas nasales al respirar mientras
duermes lo tengo grabado al óleo en las pupilas. Más de una vez, sin tocarte, y
sin despertarte, coloqué mi dedo bajo tu nariz… tu respiración me quemaba el
dedo… La vida quema.
Extraño tanto verte
sonreír, verte carcajear, verte brillar. Un beso tuyo hoy me hace tanta falta…
¿Sabes? Aún tengo el
habito, de cuando estoy en la cama y semidormido, de buscar inconscientemente con
mis pies los tuyos, de tocarlos, de frotarlos, de explorar con ellos otra vez tus
piernas, y que tú, al sentirlos, me respondas con el mismo afecto con el que yo
comencé, pero lamentablemente, no los encuentro, no halló nada, bajo las
cobijas mi par no encuentra el tuyo. Nadie está a mi lado, nadie con quien
compartir mi espacio… Te extraño tanto… ¡No tienes ni idea de cuanto anhelo
volver a dormir contigo de cucharita! De juguetear con mi barba tus hombros, tu
mejilla, tu nuca, tu espalda. De deslizar mis manos por tus costados y encontrar
más adelante tus pectorales, de bajar y hacer círculos en tu pequeño ombligo, de
aventurarme luego a tu liso vientre, y de probar suerte al buscar más abajo. Las
ansias me carcomen por dentro al no tenerte cerca.
No escuchar el color
de tu voz, no ver el tiempo en tus ojos, y no probar de nuevo la emoción que me
causa el hondar en ti, me hacen suspirar melancólico.
Tus labios ¿A que
sabían tus labios, miel de abejorro? ¿Dónde están tus labios en este momento? Dime,
caramelito, ¿te tocas y te muerdes el labio al leer mi carta? Dime la verdad,
mi leoncito. ¿La soledad te roe las entrañas de la misma manera que lo hace
conmigo? Quiero que me digas, que me confirmes… ¿En serio me amas?
Hoy tengo tanta hambre
de ti.
Hambre de tu boca, de
tu piel, de tu timbre, y de tu interior.
Apetezco volver a
probar tu saliva, ver, y escuchar, el sonido de tu manzana de Adán al subir y
bajar por tu garganta al beber la mía. ¿Recuerdas mi sabor? Yo recuerdo el
tuyo. El tímido y casi imperceptible rubor de tu rostro al avanzar dentro, el
quejido de la unión, el golpeteo de las furiosas olas en las rocas en la frenética
tormenta de impetuosa lujuria, donde los faros, rectos y solemnes, soportan con
todo lo que tienen la furiosa embestida de la naturaleza.
Sabes que solo tú sacas
lo que hay en mí, que tú sabes ponerme a tono como a un toro en primavera, como
un sudoroso brazo de albañil: duro, venoso, y con brío. Dime ¿Ya has instalado
el espejo en el techo y has comprado el aceite lubricante? La soga la he
conseguido yo, pero no te preocupes, me han asegurado que no corta. Es suave, la
provee.
Mi cerebro se sacude
al imaginar con lo que te haré una vez vuelva a casa. Quiero cubrirte con todo
lo que tengo… Tengo tanto amor acumulado… Las ganas de enterrar mis uñas en tu
cintura son insoportables… de hacerte desgarrar las sabanas y morder la almohada,
de hacerte sacar un gemido ahogado de dolor placentero. De cabalgar juntos ese estremecedor
e intenso chispazo de borboteante adrenalina. Ambos lo queremos, ambos lo deseamos:
Soltar al unisonó el más sonoro, crudo e interminable grito de entrega.
Hoy tengo ganas de ti…
Posdata: Espero no
haberte escandalizado demasiado, mi amor, pero es que cuando me pongo, me pongo.
Y tú me pones. Bueno, casi he terminado. Por último, te dejo nuestra canción,
para que cada vez que la escuches te acuerdes de esta tu carta. Besos; tronados,
tímidos, tiernos, sin freno y con veneno. Todo para tú, mi albaricoque, mi Alvarito.
Mi Alba.
https://www.youtube.com/watch?v=WWVtTDUncLg
¡¡¡Pero por todos los dioses habidos y por haber!!! ¿¿¿!!!qué es lo que he hecho!!!??? Me van excomulgar (como si me importara) Bueno, qué más da, lo hecho, hecho está. Mejor dar y arrepentirse que no dar y arrepentirse. Aquí les dejo la sugerencia del día. ¡Pásenla lindo, mis queridos imaginautas! :D
ResponderEliminarhttps://www.youtube.com/watch?v=XIEKBncrHO0
Aquí pasa algo raro. O hay mucho feeling entre estas parejas o sacasteis partido a la web cam ;)
ResponderEliminarBien, Diego, la primera parte dulcita, un buen preliminar para que no digan que los tíos vais a saco y luego ya te sueltas. A mí me ha gustado. Lo de la soga me pico la curiosidad, será lo que yo pienso?
Veremos que le parece al amante bandido.
La web cam no me sirve, y lo del feeling... Todo lo extraje desde la imaginación, cualquier parecido con la realidad es mera, ya sabes el resto :P
EliminarAh, y lo de la soga, es exactamente lo que piensas (aunque no sé en que piensas ¿o sí?) Jajajajaja
Pues en la primera parte del texto mi pensamiento era: has ido a lo facil, a escribir algo neutro que podias haber escrito a una mujer... Pero luego le das un giro y te queda genial. Me he puesto hasta tontorron asi que a partir de ahora voy a mantener las distancias no vaya a caer en tus redes (o en tu soga)
ResponderEliminarBuen trabajo, lamento no estar a la altura ;)
Cierto, pensaba irme a hacer algo ¨andrógino¨ mi texto, pero luego pensé: Ya nada de contención, vamos a soltar lo que salga. Y pues eso salió
Eliminar¿No quieres redes ni soga? ¿que te parece un saco? Diablos eso sonó a secuestro. jajajaja
Bueno, Diego, para mí tu y Mako van empatados, ambas cartas me fascinan.esta es tierna y sexy y la mordida de almohada me hizo reír.¡Bian! el toque Barry White... No sé que rayos tiene la gente con esa música 😅 este es uno de tus mejores retos.
ResponderEliminarMe alegra mucho! Que ganas dan de que hubiera premio en metal al primer lugar, jajaja. Nada, ya en serio. Gracias por leer. :D
ResponderEliminar¡Pero qué bonito! Realmente esta puede ser una faceta tuya Diego, me ha gustado un montón (y reconozco que he visualizado la escena de la soga y me he reído).
ResponderEliminarYo suelo dar de corazón. ;P
EliminarNo entiendo lo de la soga, ¿eso demuestra algo?
ResponderEliminarQué no te has imaginado el bondage?
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