domingo, 7 de junio de 2020

Horneando



Hoy se sentía especialmente ligera, soñadora, y con humor; del bueno.

Apoyada en la encimera, sacó su delgada, fina, húmeda, y rosada lengua para humedecer la fina piel de su delgado dedo medio, y con sumo cuidado, cambió página.


—¿Qué haces, Marisol? —Habló Roberto, extrañadísimo, desde el umbral de la cocina.

—¿Mnh? — Marisol echó la vista a la entrada y la devolvió enseguida al cuaderno— Ah, nada, aquí leyendo viejas recetas de cocina. —Marisol soltó un leve suspiro después de recordar viejos tiempos, luego, preguntó— Oye. ¿Te acuerdas de mis primos, Emanuel y Doroteo?

—Ahhh… nop. —Roberto caminó hacia ella mientras hacía un sobrehumano esfuerzo por concentrarse en aquello que le preguntaron— Espera… —De repente, algo se le iluminó tras las pupilas—, ¿no eran ellos con quienes jugabas a las aguadillas cuando niños?

—¡No!, esos idiotas no. Me refiero a… bah, olvídalo.

—¿Y ahora a ti qué te pasa?

—Pues es que me he encontrado esta vieja libreta arrumbada en el baúl de los recuerdos, y en ella hay varias recetas que alguna vez hicimos juntos, de uhhh, de acetato tiempo… Y pues me vino el recuerdo.

—¿De ellos o de la comida?

—Pues de ambos, dah. Cada uno de ellos tenía su forma única de cocinar. De sólo recordar esos días, Mmm, Mmm, ¡Mmmhh! Me chupo los dedos.

—Mmnrrhh…—gruñó y ladeó los ojos—. Umjú. Bueno, en fin, y…
—¿…? ¿y…?

—Sí, Y, digo yo, ¿para qué me llamaste?

—¿Llamar? —Marisol levantó una de sus delgadas y largas cejas— Yo no te he llamado.

—Claro que sí. Tú me hablaste.

—No, para nada. Como que últimamente estás muy confundido. Deberías ir al doctor a que te revisen los oídos, igual y tienes algún cable mal conectado. No es la primera vez que oyes, y confundes, lo que se te dice.

—Ay, por favor. Me llamaste, te escuche tres veces. No te hagas la graciosita.

—Pues nuuhh —Ella puso sus labios en forma de un O, arrugado, coqueto y pequeño, y viró sus ojitos al techo—, a no ser… —Volvió a su seriedad; falsa—, que seas capaz de escuchar los ecos del futuro, porque yo no te llamé, pero planeaba hacerlo. Bueno, como sea, ya que estas aquí. vamos a darle primero a esto.

—¿Al qué cosa? —Después de decir eso, su atención fue robada por un par de largos y carnosos lirios.

—A esto—clicó fuerte ella sobre el papel para recuperar su atención.

—Volviendo rápido la vista, dijo— Ah, ¡sí!, este…, ¿qué? Ah, ya, pero…, si no quitas tu dedo de encima no puedo ver qué quieres hacer.

—Ups, sí, perdón. Mira ahora.

—Ah, ya veo, un pastel, pero, ¿cómo? Si a ti no te gustan las cosas dulces.

—¿Y quién dice que no me gustan? —Arrugó el ceño, enderezó la columna y puso los puños en la cadera al tiempo que dijo acusadora— No me puedo creer que no me conozcas todavía —Lo midió de pies a cabeza—. ¿Con quién he estado viviendo estás últimas semanas? ¿Con un completo extraño? —Levantó su dedo índice hacia él, y negó— Yo no las frecuento, que es muy diferente. Ya deberías saberlo.

—Está bien, está bien, lo siento. Dios… —El hombre levantó las manos en señal de rendición—. No es para que te enojes así, ¿Ok, de acuerdo? Soy humano, me equivoco. Ahora dime qué quieres que haga.

—Primero que nada, la vista para acá arriba, papucho, que mi cara no está allá abajo.

—Ay, ya, ya, ya. Perdóname la vida, su Santidad, o, mejor dicho, su voluptuosidad. Pero debería tener en cuenta que usar solo un delantal, no me deja con mucho terreno para maniobras evasivas.

—Ella sonrió con una sonrisa indefinida, confundiendo a Roberto— Es que estás en modo prueba. ¿No te das cuenta? Aguántate la bestia que tienes entre las piernas hasta mañana, y te haré un ¨regalito¨ pronto.

—Roberto tragó duro— Pero… este… hoy tocaba…

—Créeme, la espera lo vale.

—¿No podrías darme alguna pista de lo que será…?

—No, nada, que luego no puedes dormir toda la noche.

—Este…—Roberto se rascó nervioso la patilla— Te tengo que confesar algo, sol. No creo que me sea posible…

—¿Por qué no? 

—Me acabo de tomar una pildorita…

—Arqueó ambas cejas en sorpresa y miró al creciente con prudencia— Pues ese es tu problema. Tú decides, come hoy y muere de hambre mañana, O sufre la abstinencia hoy y goza como un Sultán mañana en la mañana.

—¡Espera! —Al escuchar aquello se quedó helado, y casi gritó— ¿¡Estás diciendo que sí me dejaras tenerlo!?

—Bueno—Se contoneó—, ya tienes la pista que tanto querías. Ahora decídete.

—A Roberto el fuego interno pronto se le fue subiendo a la cabeza; a la que piensa, más o menos, y una gota de sudor se le formó en la sien— Me parece que esto que estoy por hacer debería quedar registrado en los güines, para la posteridad. Futuras generaciones deben saber de…

— Ay, ya, para, tampoco exageres. Estoy segura de que alguien ya lo ha logrado antes, así que eso significa que tú también lo lograrás, sólo es cuestión de mentalizarse.

—Ajá, sí…, mentalizar… Me la has puesto muy dura, ¿sabes?  

—No, quién se la ha puesto dura es otro.

—No, no me refería a… Bueno, está bien, acepto tus amaneados términos, pero no lograré llegar al final con los pantalones puestos, los reventaré y me haré daño.  

—Marisol giró aburrida los ojos— Quítatelos, y deja ya de alardear, que no tienes ninguna necesidad. Además, a diferencia tuya, yo sí sé ser moderada, y tengo autocontrol.

Un minuto después.

—Uhuhuhuhhh, hace mucho frío ¿Cómo aguantas estar sin ropa? A mí se me van a encoger las ideas, o me va a dar un aire polaco…

—Pues es mejor que te dé a qué te salga.

—¿Qué? —Roberto ladeó la cabeza; confuso— ¿a qué me salga qué?

—Un turbulento.

Roberto no supo que contestar.


Continuara… Quizás.


7 comentarios:

  1. Y... Sí, la culpa la tiene el Verano, y lo saben!

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  2. Pues por partes es interesante y por otras me pierdo un poco.
    Aire polaco? Acetato tiempo?
    Qué es lo que quería e iba a obtener Robertito?

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  3. Uy nos has dejado con la intriga. A ver qué van a hacer estos dos. Los diálogos y las descripciones muy logradas. Pinta raro todo ésto.

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  4. Kobbe. Es un juego de palabras usado por aquí. Acetato tiempo: Hace tanto tiempo. Lo de acetato, pues hace alusión a los discos de acetato, esos grandotes que bien pueden servir par jugar con un can.

    Así es, mi estimadisima Mary Poppins. Ni yo sé donde terminara esta rara historia, pero ciertamente tengo muchas ganas por continuarla y terminarla,

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  5. y por si quieren saber que significa el aire polaco, las imágenes hablan por sí solas:
    https://www.youtube.com/watch?v=7ZX5U0RZmsQ

    Ah, y lo que quiere Robertito es top secret.

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  6. Has hecho trampa. Con eso del "continuará", te saltaste la receta. En cuanto a la historia, me hice un poco de lío también. Entiendo que hay un tira y afloja entre estos dos, pero no me quedó claro si son pareja y ella le tiene a pan y agua o solo lo tienta. Esperaré entonces a ver qué nos vas a contar.

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  7. Sorry, no se me dio. Quise incursionar en el humor, pero se lo dejaré para otro. Lo de la receta tenia que venir después, pero ya no sé. A ver que llega más tarde. :}

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