martes, 23 de junio de 2020

Carta de amor 2

Querida Ginna,

Desde que nos alejó el maldito trabajo, no levanto cabeza.
Se que nos prometimos no echarnos en falta puesto que lo que tenemos es tan especial que creíamos que a pesar de la distancia, nos sentiríamos igual de cerca. Pero seamos sinceras, no es así.
Se que aunque sólo pueda disfrutar de ti los fines de semana valen más esas horas que los días que pueda pasar el resto del mundo juntos pues nos amamos como pocos afortunados tienen la dicha de vivir.
Sin embargo, en mi soledad, mi piel no para de sentir tu piel pálida y desnuda, haciéndome estremecer y deseando que fuera cierto y no sólo una burda jugada de la mente.
Tengo ganas de agarrarme fuerte a tus caderas y fundirme en mil besos con tu boca, perder el sentido y la noción del tiempo mirándome en tus ojos y no pensar en nada más que no sea en acostarme una y otra vez contigo.
Ardo de deseo y desespero. En las noches te busco y me acaricio hasta que termino llorando tras el orgasmo.
A veces quiero hacértelo lento, besarte a penas rozándote, haciendo crecer las ansias.  Desnudarte sin prisa y morir y volver a nacer entre tus piernas.
Otras, las ganas que se retuercen por dentro desean hacértelo como un hambriento animal salvaje, sin a penas desnudarte, morder tus carnes y arañar tu piel. Jadear con rabia y terminar con un subidón de placer.
Por el día me resigno a imaginarte, a imaginar que me sorprendes tapándome los ojos mientras besas mi cuello o me cantas al oído una canción que me gusta.
Maldita sea, te echo de menos.
Odio esta distancia que nos prohíbe darnos la mano, que mata mis ganas con un triste y frío aparato.
Quiero agarrar fuerte tus pechos, lamerte hasta desgastarte y hacerte temblar, hacerte creer que el cielo existe y que lo alcanzas cuando hago que te corras.
Ginna, creo que me voy a volver loca.
Aún quedan tres días para verte y cuando vaya a recogerte al aeropuerto te juro que te lo haré en el coche. Me da igual si nos miran, si nos multan o qué se yo.
Ya es tarde, debería dormir. Tras otro orgasmo autofabricado, me despido con una tristeza infinita. Este debería ser tu sitio y en cambio vemos pasar el tiempo hasta que esta situación nos regala unas migajas de minutos en los que los segundos los exprimiremos como si fueran horas.
Te espero. Te añoro. Te quiero.



8 comentarios:

  1. Qué locura!!
    Señores y señoras, Mery ha subido el listón. Hay que aplicarse.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias jeje. Parece que he tenido una siesta muy entretenida pero no me acuerdo, y me ha salido escribir esto.

      Eliminar
  2. Has escrito dos? Se puede entender que es la continuación aunque lo lei sin saber de quien era y al saberlo me quedé un poco descolocado.
    Un texto mucho mas calentito que el otro. Me encantaria estar en ese parking del aeropuerto ;)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Jeje, pensaba que tenía que escribir dos. He entendido mal,. Pero ahí queda

      Eliminar
  3. Está de pelos mojados!!! jajajaja No, ya, sorry, que me aloco. Me a parecido super, super buena la carta. Siento que en parte que no debí leerla, ahora quedaré un poco influenciado por tu prosa. Mejor anotaré unas cuantas ideas gracias a tu texto, y ya después, dejando pasar unos días, escribiré. En serio, me ha gustado mucho, mucho tu trabajo, se nota que le metiste esfuerzo. :)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias, me alegro q te haya gustado pero no vale copiar 🤣

      Eliminar
  4. Mary,opacó todas las guarradas que tenía por decir. Ahora me toca ponerme juiciosa de verdad

    ResponderEliminar