domingo, 24 de mayo de 2020

Magda


¿Y tú sabes por qué es que la vida te eligió a ti?

Como todo tedioso día, Magda, cogió el autobús hacia el trabajo. El sudor a sobaco peludo, a pies de señora gorda, y el fastidioso chillar de un par de niños berrinchudos le hizo desear bajar, volver a casa, meterse en la cama, y comenzar a tocarse los labios mientras soñaba despierta con aquel hombre de sus sueños. Camino hacia su asiento imaginó a detalle, su trabajado torso, su ancha espalda, su barba, sus firmes y venosos brazos, así como a esos encantadores ojos negros llenos de... Un brusco salto de tope la trajo de vuelta a la realidad, haciéndola sentarse torpe y súbitamente. Frunció fuerte el ceño a penas se logró acomodar, a la par que mentalmente soltaba una peste al obeso conductor.

—Otro día más de la misma mierda. Sí, estoy segura, esta monotonía acabará matándome —Se dijo a sí misma mientras sacaba su celular del bolso. El cual usaba no para ver las noticias o notificaciones de sus amigos y, o conocidos, sino para usarlo de espejo. Después de todo, hacia tres días no servía.

Al inspeccionarse la boca notó que había un grande y muy notorio residuo de comida en ella, y algo más... ¡Me lleva la que me trajo! ¡Mis dientes, mi cara! ¡Por dios, qué facha! No debí tomarme esa siesta, pero es que fue tan, pero tan rica… Observó izquierda y derecha. Nadie observando. Con rapidez, y cierta pena, se limpió los caninos y esa larga mancha de saliva que le cruzaba la mejilla y le llegaba al oído con su manga. Ya decía yo que sentía cierta rigidez en el rostro. Diablos, que vergüenza… Continuó inspeccionado su cara y embelleciéndose a mano. Mmnh… Esa cana y ese granito son nuevos, se decía mientras se arrancaba ambos. Al cabo de un rato, tomó confianza y se ajustó el sostén. Metió la mano en la blusa y acomodo mejor las suaves y abundantes piezas que no encajaban en el tamaño incorrecto de la prenda. Así siguió arreglándose hasta que, por mera casualidad, al observarse de nuevo en el espejo, observó que en la parte izquierda superior de su celular había un par de ojos sonriendo. La ¨sonrisa¨ pertenecía a un joven bastante alto, no mayor a los 28. Ella respondió con una nerviosa sonrisa forzada y comenzó a moverse con detenimiento. Guardó su espejo de manera robótica y desvió un poco la mirada. ¿Cómo rayos es qué lo pasé desapercibido cuando me senté? ¿Estaba él recostado y por eso no lo vi? Creo que mejor me bajo en la siguiente parada…

Un minuto después percibió movimientos en el asiento trasero. Se va a bajar, se dijo. Mejor para mí. Se alivió. Lo vio levantarse sin ella mover los ojos, caminar, y volver a sentarse, sólo que, a su lado. Sintió algo frío recorrerle la nuca y la espalda; hasta donde esta dejaba de serlo, cuando se dijo: ¿Y a este tarado que mosca le ha picado? Trató de mantener la calma, y pasó a usar su vieja confiable; la inteligencia emocional. Le funciono, a pesar de que le dolía un poco el corazón. Nunca fue buena con los hombres, contrario que a con las mujeres, con ellas siempre le fue de maravilla, sea quien fuese, nunca lograba no conectar. Aguantó todo lo que pudo su Póker face, hasta que sintió una repentina y fuerte presión en la mano. Se la habían tomado. La observó, grande, tersa, cálida y con un tatuaje de ángel en ella. Después de perder 0.44 segundos observando esa enorme mano que la envolvía, y de ver esas limpias y rosadas uñas delgadas, levantó la mirada hacia él, y se aturdió. No por su cara de niñote andrógino muy bien parecido, que la miraba fijamente, o por esa encantadora voz que le hablaba —pero que no comprendió ni una sola palabra—, o por su largo cabello castaño, y bien bronceada piel, y, o, por ese ridículo pendiente en forma de signo libra, si no, por lo que había más allá, más allá del asiento contiguo, más allá de la venta del autobús. Sí, por esa cosa, por esa espantosa imagen que se le quedó grabada en la memoria para siempre: El frente de un enorme camión acercándosele a una velocidad mortal. Un segundo después. Se imaginó ser un saco de papas siendo brutalmente zarandeado. Las pupilas se le inundaron de continuas y entrecortadas diapositivas; congeladas en un nanosegundo con caos, seguidas de bruscos intervalos de absoluta oscuridad y fuerte luz. El universo había decidido girar a su alrededor de manera errática y rabiosa por segundos que parecieron ser siglos, hasta que todo se detuvo de forma tosca y repentina.  Su visión, colmada de un desconcierto pasmoso, pronto se vio llenada por una veloz oscuridad creciente. Al cabo de unos instantes, la inescrutable umbra le terminó por tragar.

Una blanca luz cegadora le saturó la vista mientras ella permanecía inmóvil. Un pie arriba en el autobús y otro abajo, en el suelo. Completamente atónita se quedó observando su pie derecho, incapaz de comprender que acaba de pasar. Una voz pastosa le hizo reaccionar.  

—Señora, no tengo todo el día ¿Va a subir o no?

—Yo, yo… ¿Qué? ¿Cómo…?

—Decídase rápido por favor, hay gente esperando.

—No, yo, yo —Un flash le paso por los ojos. Los rosados labios de aquel individuo, a quien no lograba memorizar su timbre, pero sí el movimiento de sus labios: No subas al autobús, le pareció entender—. … Lo siento, perdón. Me quedo…

Magda retiró su pie y el autobús arrancó con enojo.

—Vieja loca. Hacerme perder el tiempo con sus ridiculeces.

Confundida y sudorosa, contemplo sus manos temblantes. La cara la sentía fría y el corazón atenazado. Al cabo de unos minutos de analizar, si fue un sueño o no lo ocurrido, se dijo a sí misma: No pierdo nada con faltar un día… ¿verdad? Creo que mejor me iré a dar un paseo por el pueblo. Mejor, sí, mejor.

Fin





6 comentarios:

  1. Buen trabajo, tiene tu estilo y suena creíble.
    Como pegas hay alguna palabra que me rechina con la imagen que me hago del personaje: poker face, 0,44 ....
    Yo pensaba que al final iba a subirse para ver a su 'enamorado'

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  2. Así que al final era un ángel de verdad, buen giro. Está Magda, me ha gustado cuando se colocaba las tetas jsjjs.
    Buen microrrelato

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  3. Sí! la de poker face no me gusto para nada, pero la deje, por no encontrar, o por no querer esforzarme en buscar otra cosa... En fin. Los .44 segundos, hummm. Entre que sí y no, me terminan de agradar. En fin. Así se quedo.

    Sí, al final era uno de verdad. :P
    jeje

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  4. No sólo los flotadores salvan vidas, también las intuiciones.
    Me gustó.

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  5. La primera mitad me atrapó por la cercanía con la que agarras al personaje. Resulta muy fácil empatizar con ella. En cuanto aparece el ángel, me descoloqué un poco. La poker face, la inteligencia emocional también me llamaron excesivamente la atención, no así los 44 segundos, que imagino tienen algún significado.
    Recupera el ritmo tras el accidente y queda un agradable final.

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  6. LA intuición, poderosa herramienta humana :)

    El poker face y la inteligencia emocional son dos cosillas con las que me tope en mis viajes de Gulliver (en mis vacaciones) Y sí, son maremágnum de interesantes ;)
    Los números sí tienen un significado, para mí, pero no son importantes. En serio. :D

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