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lunes, 11 de mayo de 2020
EL COMEBOLLOS
Me dijeron que dibujara el monstruo más feo, y yo pues dibujé a un niño muy malo y gordo que siempre me pega y me quita los bollycaos. Es feo y huele mal, eso es así.
La señu me dijo que explicara quién era ese monstruo, pero claro, ese monstruo estaba en la clase en ese momento, no podía decirle a la señu. Ella me miró con su cara de patata y su nariz de boniato, pero yo no le dije nada porque la señu no sabe que le tengo más miedo a ese niño que a ella.
Miré para la mesa de ese niño, era gordo, tenía el pelo sucio y redondito, su cabeza era parecida a una bola de queso, su olor también,
y llevaba un jersey de rayas azules, se metía su dedo gordo en la nariz, y escupia unos salivajos mortiferos a las moscas que se atrevían a meterse en su territorio, a veces mataba alguna. Yo le tenía miedo porque el resto de niños le hacían caso a ese niño, y eso era como ser un rey de esos de las pelis chulas en las que todo el mundo hace caso al rey. Yo no soy un rey pero tengo mucha imaginación. El gordo del Toni, se llama Toni el gordo, Toni es gordo y redondo, me pega y me quita el Bollycao porque es un bollo, y a él le gustan los bollos, también porque tiene pegatinas, pero eso no me importa. Lo que pasa es que tiene que quitarme el almuerzo, eso es lo que hace ese gordo. La señu me mira con su nariz de boniato pero no sabe lo que escondo. Es mi secreto, el dibujo del monstruo gordo es de Toni el comebollos, así le llamo yo.
La señu me miraba otra vez, y otra vez me preguntaba lo mismo, que quién era ese monstruo, y yo, que ya estaba cansado de aguantar su mirada de huevo frito sin sal, me cansé del todo. Me puse de pie y lo dije en voz alta: "¡El monstruo de mi dibujo es Toni el comebollos!". Toni me miraba y se apretaba los puñitos, yo me volví a sentar, la señu me miró con cara de no creerme.
Aquel día me fui a casa sin pensar en lo que me pasaría al día siguiente. Pero, oye, me quedé muy feliz después de decir delante de todos que el monstruo de mi dibujo existía de verdad.
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A la señu... Me gusta más la maistra...
ResponderEliminarTe ha salido bien la forma de expresarte de un niño, a excepción de una parte, de ahí en fuera, bien. Aunque eso sí, un poquito redundante el texto.
Es un niño, a veces los niños repiten mil veces las cosas, ¿no? ¿Lo dices por los salivajos? Pues yo de niño decía cosas como esa. Llámame raro.
EliminarDe raro a raro, te digo. Que es cierto, lo de repetir las cosas, pero si no se hacen con cierta ternura, no me acaba de convencer que está hablando un niño. Bueno, al fin y al cabo, es sólo mi opinión y gustos.
EliminarEl final me agrada, fíjate si encuentras alguna palabra muy adulta como los salivajos mortíferos. Creo quetque esedese personaje te da para seguir varios relatos. ☺️
ResponderEliminarGracias Despeinada, la verdad es que yo siempre he querido usar palabras que usaban los mayores, en pelis y libros y todas esas cosas. Quizás es un poco yo.
ResponderEliminarEn mi clase había un zampabollos como en el lazarillo. Me hiciste recordar al leerte.
ResponderEliminarLa situación del peque es difícil.
Ohh lo Bollicaos, qué recuerdos! Ahora no saben igual, creo q por el aceite de palma, seguro. El zampabollos en mi clase era el orejas pero a este le caían ostias como panes a pesar de su altura. Me ha gustado pero me da q tú lo puedes hacer mil veces mejor.
ResponderEliminarEl chaval de la historia los tiene bien puestos porque hacerle el retrato a semejante elemento, soltarlo en medio de clase y largarse tan pichi a su casa... No, me da que trauma no cogerá.
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