Si han tenido un infarto, han estado a punto de ahogarse, o sufrido una operación a corazón abierto posiblemente ya nos hemos saludado. No se preocupen, hoy no vengo por ustedes, tuve un mal día y necesito un trago.
¿Ven el cadáver de allá? Si, el del gordo con la camisa medio abierta debajo de la mesa de las frutas con la lengua afuera y un balazo en la frente. Para que sepan, no planeaba matarlo. Pero el muy cabrón se atravesó disque para salvar a la rubia. Le tocaba estirar la pata en unos 30 años... pero el galán es el único idiota que se ofrece a cortar un kiwi para la rubiecita de vestido rojo que está tirada detrás.
¡Cortar un kiwi lo más de campante mientras un psicópata les apunta con una pistola! Todo por coquetearle a la peliteñida. Bah, los muchachos de ahora no tienen miedo ni respeto por nada.
Ah, la rubia, Cierto. Las chicas guapas como ella están acostumbradas a que les den lo que quieren. Y esta quería el puto pedazo de kiwi para seguir la dieta. No se le ocurrió tragárselo más tarde en casa, no. Tenía que entrar a ver todos los kiwis de la cocina para revisar que fueran orgánicos, tomarles foto y poner el hashtag de vida healthy en instagram e ignorar la declaración de fan empedernido del pobre gordo, y claro, tenía que tomarse la foto con el cocinero porque a estos restaurantes solo se va una vez en la vida. Aunque no estaba en la lista, esa rubiecita sí que debía morir... Por el bien de la humanidad.
El problema fue que los tiempos no se dieron, y cuando el cocinero estaba flambeando el churrasco con whiskyy la loca esa fotografiaba para sus redes se me atoró la toga y acabé empujándolo contra el fuego. Gajes, del oficio, dicen por ahí.
Luego llegó el mafioso, uno de esos trabajos que se solucionan solos. Tampoco tenía planeado matarlo, le tocaba en un año. Pero estaba hambriento, llevaba una hora y media esperando. Cuando entró a la cocina y vió a la rubia tomando fotos con el gordo y el churrasco abandonado como un pedazo de carbón le entró rabia.
- Es que aquí solo atienden bien a las tetonas?- dijo, mientras sacaba la calibre 36 y le apuntaba la pobre mesera que comenzó a gritar y temblar como loca.
- es que... Se murió el chef, ssseñor.
El primer tiro no le dio a ella que salió corriendo y se salvó de milagro.... Eso fué lo único que hice bien en esa noche. De resto las cosas se pusieron feas cuando el latino que lavaba los platos también intentó dárselas de luchador para salvar a la mesera y acabó agarrando al matón por el cuello. Eso tampoco resultó como lo planeaba... Cuatro balazos a quemarropa. Uno al de la escoba, otro al asistente del cocinero, otro al de los domicilios y uno en un talón a una vieja incauta que salía del baño y también se salvó, más por accidente que por designio...
La vieja se arrastró de regreso y le contó al nieto policía...
De ahí para arriba, se jodió todo. Tuve que trabajar más de la cuenta y nunca me sirvieron la ensalada de frutas con profiteroles, ahora me dañaron el feriado por culpa del puto kiwi y me toca llevar a este montón de chiflados a las filas del purgatorio. Bah, la vida tiene un sentido del humor extraño.
Un mal día lo tiene cualquiera...
ResponderEliminarUn enfoque original
jejeje Me gusto bastante toda esta remolina, y el final también queda de lujo.
ResponderEliminarpor otra parte. no puedo dejar de imaginar a tu parca, siendo una versión alterna de Omero simpson siendo la muerte; gritando al cielo y con su puño ondeando: ¿!No puedes hacer bien tu trabajo, dios!?
Ummm que humor ácido te gastas Despe. Le has dado humanidad a la muerte para que todos comprendamos q su trabajo es necesario. Me resultó muy original pero me faltó algo de chispilla,
ResponderEliminarEsa primera imagen de la muerte hecha polvo, acodada en la barra de un bar de carretera, camino del purgatorio y pidiendo un trago para recuperarse un poco del día de perros, es impagable.
ResponderEliminarVaya historia de despropósitos concentrados, eres buena directora de escena.
Lo peor que yo también me quedé con antojo de ensalada de frutas con profiteroles. Qué rico!