sábado, 7 de noviembre de 2020

Operación rasurar al camello


 Washington, un día antes de la recepción del presidente. 

Todo está preparado, mañana será el gran día. Ya me han confirmado que el presidente de los malditos estados podridos estará en la fiesta.  Según me informo Basily, mi enlace en amerrica, al evento en cuestión, aparte del diablo naranja, también asistirán destacados elementos de la infecciosa sociedad occidental. Entre este pus infecto, estará esa vieja frígida que sale tanto en la tele y a la que le gusta ayudar a la delgaducha basura intocable. ¿Qué clase de persona idolatra a una vaca? Me hierve la sangre ver esas estúpidas creencias religiosas. 

Esta tarde me reuniré con el camarada Basily para que me entregue el paquete y toda la información. No sé si podré aguantar hasta mañana para poder ver la cara de esa sabandija crispada por el atroz dolor. 



Washington, el gran día. 

No puedo negar que estoy nervioso, ojala Alá me ilumine el camino. 

Mientras escribo con el bolígrafo en la mano, con la otra manoseo el botecito de cristal. Según me contó el camarada Basily, con este coctel de fármacos acabaremos con el viejo gordito en cuestión días. La mayor parte del componente son hormonas, tantas que al viejo camello se le caerá el pelo en pocas horas y le saldrán unas tetas tan tiernas como pan recién hecho por una anciana. Y eso no es todo, lo mejor es que su pequeño aparatito se le marchitara y encogerá hasta que parezca un dátil del desierto medjool. Me rio a carcajadas solo de pensarlo. 


En un sucio cuarto que solo Alá todopoderoso sabe donde. 

Me duele mucho la cabeza y tengo la boca como el desierto del Kyzyl Kum. La operación no salió como esperaba pero igualmente conseguimos acabar con el chacal naranja. Yo fui incapaz de inocularle el brebaje, algún infiel me echó de ese alcojol suyo en el te y me dejó fuera de combate. Menos mal que en medio de la fiesta apareció un loco gritando y maldiciendo contra el canalla americano. El viejo chiflado no paraba de repetir que le habían mancillado su honor de caballero. El presidente gordito no se echó atrás y acabaron enzarzados en una pelea hasta que el europeo loco le clavó un cuchillo en el pecho mientras farfullaba algo de unos molinos. Según me contó Basily, el cubierto le atravesó el negro corazón y ahí mismo cayó muerta la hiena babeante. Yo, entre la euforia por la misión cumplida y a causa del maldito agua de fuego, acabé la noche encamado con una vagina blanca. Aunque ahora a la luz de la mañana y más sereno, me da por pensar en si el nombre de Veneno será por que es peligrosa o por la anaconda que cimbrea entre sus piernas. 

Y con vergüenza debo reconocer que su nehnc es mayor que el mío.  


martes, 3 de noviembre de 2020

Memorias del arsa y daun

Lunes, día 1443:



Querío diario, hoy ha sio un día de los más raros desde que he llegao al arsa y daun. Y es que iba por la calle, meneando el culo como siempre, y van y me gritan: ¡Guapa! pero con un acento mu raro que yo como que me entero porque estoy mu acostumbrá a que me griten de tó, pero guapa y mariconazo, como las he oído tantas veces, esas dos las distingo yo en medio de un bazar. Total, que me giro pa ver quién es y casi me caigo desmayá al suelo, que se me para una limusina al lao y asomando la cara por la ventanilla ahí estaba el hombre ese del pelo naranja con nombre de pato, el Donal Tram. Y yo me acerco y le digo: ¿Y tú que quieres, mi arma? Y el tío se ríe como un tonto nabo y el chofer me dice que si nos lo montamos, que su jefe quiere mirar. ¡Si es que a mí me tocan los piraos!

sábado, 24 de octubre de 2020

GUERRILLA

 

Como soldados de savia seca

tiradas pecho a tierra las hojas

sobre calles y jardines se atrincheran.

Sus diminutos fusiles apuntan

en la dirección que el viento ordena.

Es el asalto de otoño que avanza

con sus escaramuzas de tardes tibias

y sus melancolías a quemarropa

dejando tras de sí naciones

de aves migratorias y ramas huérfanas.


 

 

lunes, 19 de octubre de 2020

Nuevo reto: Diario



¿Habéis escrito un diario alguna vez?

Yo lo intenté, pero a la semana lo dejé colgado porque mi vida era tan aburrida que no sabía qué escribir jajjaj.

Hoy propongo de reto hacer un diario de tres días pero cada uno tiene asignado un personaje.

Podéis explayaros lo que os apetezca las únicas reglas son meterse en el personaje y que el último día describa una fiesta a la que vas a acudir y dónde estarán el resto de escritores monos.

Venga a sacarle punta a vuestro lado humorístico.

Personajes:

Sacha Cohen (Borat)… Kobbe

Donalt Trump…Don Diego

La Veneno… Indigo

Don Quijote de la Mancha..., Ginna

M Teresa Calcuta…Numerosliterarios


Ay de me olvidaba el plazo🤦.

Para la noche de Halloween. ?Os parece bien?

Ande a sacar punta al lápiz, dejarme en buen lugar.


viernes, 16 de octubre de 2020

El sueño se me fue por la ventana de madrugada

 El sueño me despertó a eso de las cuatro de la madrugada. Se levantó él y me levanté yo. Salí de mi mullida cama de sabanas floreadas de color naranja. Me obligó a salir de mi cómodo cuarto, en pijama de algodón color rosa palo. Me obligó a encender la luz del pasillo de mi pequeño departamento; la luz del salón comedor; la del cuarto de baño y la de la cocina. Fui andando, lentamente, con el sueño fugado y la mente despejada. La preocupación me obligo a encender la televisión buscando desesperadamente algo con qué distraerme, pero, a pagarla dos minutos después; a abrir un libro aburrido, y, a cerrarlo al segundo. 

A eso de las cuatro de la madrugada estaba levantada. Desde el salón fui a la cocina en zapatillas de peluche, de perro. Tomé un gran vaso de leche blanca, caliente, y una cucharada de dulce miel para prevenir algún resfriado. Comí un puñado de cereales de trigo en un pequeño cuenco de cristal transparente.

 Esperé más de una hora sentada en la silla de la cocina: la que tengo junto a la mesa que hay debajo del reloj que hay en la pared. Lo miro con atención, para ver si el sueño volvía a aparecer en cualquier minuto de su lento crujir por alguna ventana del pequeño departamento, donde habito. Pero el sueño no vuelve ni solo ni con ganas de dormir. Hay que ir a buscarlo, pienso seriamente, pero, no lo busco en mi mullida cama. El sueño está fuera. La marcha del sueño me levantó demasiado temprano como para salir a la calle a buscar sin tener un lugar a donde llegar. 

Lo esperaré cómodamente sentada en el sillón del salón comedor. Con los ojos abiertos y la mente en blanco como el papel del escritor que no sabe ciertamente cómo empezar a escribir un rollo como este. En un descuido, mío, el sueño se me escapó por la gran ventana. Por la ventana que está abierta para que entrara la brisa de la mañana.  Mañana la dejaré completamente abierta, por si al sueño le da por volver a entrar por ella. Grande insomnio el mío, pues, el sueño se me fue por la ventana, de madrugada. 




domingo, 11 de octubre de 2020

No hagas ruido

 


El lugar en cuestión bien podría ganarse el nombre del Enemigo Natural de toda nariz sensible sin problema. Pero, para la pequeña Susy, quien se había acostumbrado a los vapores fétidos de montañas de basura, a las nubes de moscas de color iridiscente sobre cuerpos hinchados, así como a las aves de rapiña sobrevolando constantemente el cielo gris, no, no era tal el caso para ella. Para ella, este sitio no se diferenciaba de cualquier otro; normal. Por lo que, rara vez se sintió insegura o infeliz al estar dentro o fuera de casa, muy a pesar de vivir en el centro de tan espesa polución. Claro, que, a sus cortos siete años de edad, tampoco le había dedicado demasiado tiempo a pensar, a si realmente era feliz o no. Así había vivido desde que tenía uso de razón, así se había establecido su forma de vivir. No hubo otro modo de vida para ella.

La luz fría de la Luna bañaba a plomo la morada de la chiquilla. Una humilde casita erguida con tablones viejos, láminas de cartón, plásticos varios y un par de llantas de tractor como pilares principales. Dentro, la niña no conseguía mantener por más de tres segundos los parpados juntos, pues, desde que escuchó ese terrible, pero muy, muy lejano, grito preñado de dolor y espanto, su sueño se había diluido sin dejar pista. Temblorosa, recogió sus pies, y subió la manta, hecha de retazos de otras, a la altura de sus ojos. Manteniéndose alerta ante cualquier mínimo ruido proveniente del exterior. El tiempo pasó y con ello la nada se mantuvo constante. Tal vez lo que había escuchado lo había imaginado, tal vez antes de despertar, ese alarido que le había sacudido la sangre, había nacido sin causa ni razón en alguna parte de su inconsciente. Un mero rumor fantasma creado involuntariamente por una mente tierna e inocente. Escenarios similares habían ocurrido otras veces, y la nada era la única que se presentaba con el pasar del tiempo. No obstante, esta vez, el ambiente parecía dar pie a otra cosa. Algo que no marchaba con la normalidad de siempre. El silencio era demasiado puro, demasiado claro. Un hecho extraño en sí mismo, dado que el basurero en materia era el más grande de toda la cuidad. Por las noches el chacchar de las ratas nunca faltaba, las peleas de gatos en celo, menos, y, o el lamento de un perro sarnoso hacia la luna, tampoco, siempre estaba presente, o lo uno, o lo otro. Pero esta vez el silencio parecía falso, engañoso, siniestro.

 Sus pupilas dilatadas deambulaban de un rincón a otro, intentando encontrar el más mínimo vestigio de cambio, tratando de dar forma concisa a las sombras acunadas en la penumbra del hogar. Ya que fuera lo que fuera, si es que en serio hubiera algo ahí, no lo dejaría pasar inadvertido. Con cada segundo que trascurría, con cada minuto de fría soledad, resolvía con mayor firmeza que en realidad no existía nada a lo que temer, que lo cierto era que no había nada espeluznante asechando cerca suyo, agazapado, observando en la oscuridad; con sus fríos ojos rojos y sus tres hileras de dientes puntiagudos empapados en sangre. No, nada de eso se había presentado. Bueno, eso era cierto, hasta que, justo en el momento en el que ya volvía a sumergirse en el mundo de los sueños, escuchó un vacilante arrastrar de pasos, seguido de un pesado y abrumador hedor acompañado con el crujir de la vieja puerta de madera de su casa al ser empujada.

Por un instante pensó: Es mamá quien vuelve del trabajo. Pero la insoportable peste le refutó enseguida tal idea. No, no era mami quien se adentraba en su residencia. Y esto le fue confirmado con mayor solidez, apenas vio como un cumulo de polvo fue expulsado del suelo al aire. La silueta que poseía tal extraño ser se ajustaba a la perfección a la de perro gigante, O eso es lo que Susy atinaba a teorizar, y a enfocar a través de los pequeños cuadros de la desgastada tela que le servía tanto como de escondite, como de escudo. La criatura se introdujo pesadamente en la vivienda, olfateando el piso con sus enormes fosas nasales parecidas a ventosas viscosas de calamar, y usando, sus largos apéndices en el lomo para tantear la atmósfera del interior. No, no notó nada en especial, a pesar de escudriñar por largo rato la habitación. Así que, sin más dilatación, dio media vuelta para salir por donde vino, pero antes de salir por completo, alzó hacia el techo su pesado morro; lo abrió en cuatro direcciones distintas, y chilló. El aullido emitido por la criatura fue tan potente y desgarrador que la pobre Susy sin querer dejo salir de su cuerpo un roció de pavura. Y como si la criatura hubiese de pronto recobrado el olor de una presa perdida, se volvió enseguida en dirección de la niña. Poco, muy poco después, comenzaron los gritos.  

Creativi- Data

 


Ta-lento ¿Acaso ecxiste, acaso haí? ¿De honde viene y a honde va? No hablo dil mondo, ni de estraños. Hablo only di moi. Komo siempre tiende a suceder.  Parra Q dejar escribido lo q´ no C quiere contar. Sino ay naida que contar, meljor nada aí k D-cir,. Y ah esperat la muzza llegar. Perro que terriblemente mal pensador soí!!! Ya D-cia un gran escribidor, Q´ Escribidir Eh un ofisio que C  aprrende Escriviendo. A-ún ashí, retorno a lo mesmo. En realidAd ahy Ta-lento…? No ser-A acaso q´ solo C hacen versiones alter-nas de lo ya habido? Histolias cleadas a base de cachitos Lobados. Irguiendo castiyos pirateaos en tielas ajenas. ¿’?

Quielo el sueñio más soñuado. El mA Grrrande jamás imaginaO. Y tal Vz, de el, arrancarme la insuficiencia (No ahiblo de la renal] de essclibil bien o mal, me reifero. L correcta Eh otra cosa. Una, una, una sola, una, una, una sola pidlo, y nahna más, epifania. Lo Q R-quiero no he mucho, estymo, peLo a la bez, piensho, Ci. Zhi ecsijo musho. Tá bueno, entonss, zi no hiega, la tendrre que cleal. Empeshando con el fondo d3l cuadro. Serya Weno uno bueno, algú cimilar a Eto: Un paisage somnoliento. Montaiñas soble nubles de sulsulfuro, con cascadas de arco-e-iris. Va-llenas blanqueadas de tres ojos y cuernos de Amut, encima de un lago de fueglo maldito; neglo. Libebulas tamaño cerdo, con alas de murciégalo. Y D3 éte mar de llamas suda-a-americanas, brubujas de cristal soplado emerger. Subiendo al T-echó de roKa, y explotaindo. Pirotecnicos en fuego salvaje! Ninfas en pelotadas, y centauros cenutrios tras D´ ellas. Con la bella reina ciclópea dansando sobre una hojilla de ceresó. Mientras lanza osculitos a toooo el que o-C miradla.

La espera

 

J esperaba que esa mañana radiante eso que llevaba esperando tanto tiempo sucedería por fin. Lo dijeron las flores, fragantes y coloridas, las hojas de los árboles con su prístino verdor hasta el petirrojo del jardín que nunca se asustaba de su presencia y al cantar le recordaba a esos chirriantes y estridentes juguetes para perros.

Se puso su mejor y más adorado vestido, uno verde que dejaba entrever los hombros, con falda de vuelo y un gran volante de un verde más oscuro en el bajo.

A las ocho el panadero con fragancia a hogaza, a huevo batido, a diosa madre, a vida le dejó una madalena dorada, esponjosa, cubierta de nacarado azúcar, que se comió rápidamente.

A las nueve pasó el pescadero, con su carga de aminas malolientes.

A las diez saltó emocionada por el timbre de una bicicleta, con el corazón en un puño pero solo era el repartidor de periódicos que iba retrasado.

A las once le pareció escuchar el ruido de un coche, que se acercaba.

A las doce le pareció ver una silueta borrosa sobre la línea ondulante del horizonte lejano.

A la una llegó el cartero el cual dejó la correspondencia en el buzón, saludó con la cabeza y siguió andando hasta llegar a la casa del vecino, el Sr. Cortés, un señor muy amable al que también saludó dejando la correspondencia. Desde allí continuó hasta casa del Sr. Rodríguez, cuya mujer siempre estaba de viaje. Volvió a hacer lo mismo saludando con la cabeza y siguió hasta la casa del Sr. Narciso que era muy guapo. Repitiendo lo mismo, continuó andando hasta casa de la Srta. Abril que siempre estaba triste aunque era muy bella. A partir de ahí dobló la esquina y ya no logró volver a verlo.

A las dos J tenía sed y mucha hambre pero no iba a abandonar su puesto por nada del mundo.

Esperó toda la tarde y nada ocurrió. Estaba muerta de hambre, medio deshidratada y sintiéndose terriblemente cansada se dio cuenta de que toda su vida estuvo esperando que algo sucediera pero al final jamás sucedía nada. Cerró los ojos, apoyándose contra la pared del porche y se quedó dormida. Soñó que se levantaba y abría el buzón y allí había un sobre azulado sin matasellos ni remitente. Al abrirlo leyó: “Esta noche vendré a buscarte”. Abrió los ojos de repente y se acercó al buzón. Solo había un folleto publicitario y dos cartas, sin importancia. Suspiró. Estaba muy cansada. El sol se ocultara tras las montañas hacía tiempo y ahora hacía frío. Volvió a suspirar.

Entró en casa, se dirigió a su habitación, se quitó la ropa, se puso el camisón y se metió en la cama. Volvió a recordar la frase: “Esta noche vendré a buscarte”. De repente supo quién la había escrito e inmediatamente ya no sentía hambre, ni sed, ni frío, ni nada de nada. Todo estaba bien. Cerró los ojos y siguió esperando por última vez.

Relato

 


Mi madre me dice que tengo que ir a por el pan, y yo claro, pues tengo que hacer caso. Cojo el dinero y voy a la panadería. 2 monedas de 20 céntimos, una de 10 y dos de 5. Cuando salgo una brillantísima y calidísima me percute la cara el resplandeciente fulgor del astro rey me ciega. Camino por la atestada calle y la gente me mira y yo les miro. Cuando llego a la panadería para comprar el pan hablo con la panadera y le digo dame una barra de pan y ella me sonríe y me quedo prendado de su preciosa cara. Esta buena la jamona, me la pone como el tobillo de una cabra. Cojo el pan y salgo de la panadería apresuradamente. Mi madre estará esperando el pan y cuando tardo mucho cuando voy a comprar se pone angry y me encierra en el cuarto de la luz roja. 

sábado, 10 de octubre de 2020

Fábula desfabulada #reto

Eranse que se eran historias mil ideadas, basadas en el ir y venir intermitentemente fluido de las vidas allí en el bosque halladas.

Una loba despiadadamente temida por los que a su alrededor moraban, deambulaba tranquilamente buscando sustento mientras ojos escondidos la observaban.

Instantáneamente, el aroma de un buen bocado le llegó a su afinadamente desarrollado olfato. Caminando con sutileza rastreó ese lugar tan grato.

Un cordero desaliñadamente despeinado, paseando paseando se adentró en el bosque absolutamente vetado para un animal domesticado.

La loba espera pacientemente su momento para hincarle el diente al cordero surculosamente corpulento.

Mas la dicha y la desdicha desgraciadamente no suelen ir  separadamente vagando, el cordero que no es majadero percibe al feroz carnicero y sobradamente tranquilo espera su ataque bajo la sombra de un tilo.

Loba engreídamente segura, se lanzó dando un salto para morder con ahínco el lomo del blanquecino borrego numeradamente el veinticinco.

Cuando guerreando y amando las distancias habitualmente son distantes, nuestra loba encelada miró los ojos del cordero desconcertantes.

Sabido es que cordero que esperando degüello mira por última vez a su verdugo, cautiva con su candidez, desarmando al desalmado más tarugo.

Es por ello que el final no es tan terriblemente sanguinario como se espera, pues la loba se volvió dulcemente enamoradiza del clandestino borrego hortera, y este a su vez no perdiendo la exclusivamente oportuna cita, conocer a tan fieramente apasionada compañera para una casualmente desenfrenada canita. 

O dos…





viernes, 2 de octubre de 2020

Reto aprendizaje inverso


 Objetivo del reto para la próxima semana: jugar con las palabras y los textos y reírse de todo y (sobre todo) de uno mismo.

Os doy diez días, esto es, hasta el domingo, 11, para construir un relato con la mayor cantidad de errores que podáis. 

(Editado)

Tenía el reto en borrador y lo he cambiado: la profe en mí, que tantas veces me ayuda, ahora se estaba cargando la diversión y la mandé a por pan. La cosa es fijarse en lo que dicen los cursos de escritura y darle la vuelta: usad y abusad de calificativos, a poder ser sinónimos, adverbios terminados en -mente, gerundios a cascoporro y donde no procede, jugad con los conectores, la puntuación, ahogad al lector, mareadlo, cambiad de narrador como de camisa, pasad de presente a pasado sin motivo, lo que se os ocurra, pero conscientes, es decir, investigad un poco de modo que las meteduras de pata sean aposta. 

Género y tema libres, eso sí, breve, procurad no superar las 500 palabras y seguir la estructura clásica de introducción, nudo y desenlace, es decir, dentro de la chaladura que puede salir, darle cierta forma.

  • OJO!! Las faltas de ortografía no se considerarán errores, así que poned atención.

martes, 29 de septiembre de 2020

Porno (reto)

 


Lo he estado pensando detenidamente y me voy a hacer actriz porno.

Ya sé que parece una locura, o una cerdada pero me la sopla jaja, bonita expresión a cuento.

Estoy hasta las tetas de jamarme marrones, poner buena cara y encima cobrar una mierda. Total las porno hacen lo mismo por mejor sueldo.

No aguanto más está vida que llevo. Y voy a cambiarla sí. Estoy convencida. Los gurús de la autoayuda dicen que hay que creérselo, que hay que visualizarlo. Bueno en mi caso no voy a decir lo que visualizo porque tiene muchos asteriscos.

Es un buen plan. 

Las cuarentonas tenemos nuestro apartado en las web porno, “maduritas calientes”

Por lo menos no es tan ofensivo cómo “ el putón de mi vecina…”, “ la guarra de mi novia”… vamos todo piropos. Ellos no, ellos son todos portentos varoniles.

Además el listón está muy bajo. Las eligen bien cutres, ahí todas regordetas y llenas de celulitis, con el culo y las tetas caídas. Bah! No tienen nada que hacer cuándo yo aparezca. Por fin van a servir de algo mis clases de Zumba. Aunque me da rabia que el segmento cuarentón femenino se represente de una manera tan penosa ¿A quién no le pone la Jeniffer López? ¿ Charlize Theron??Maribel Verdú?..

Estoy cabilando...Me pondré una buenas lolas, pero elegantes, no esos balones de baloncesto que se colocan algunas y no hay por dónde atacar. No sé qué le pueden ver de sexy cuando puedes desayunar en la cama encima de tus propias tetas, bueno útil es.

A lo que iba, tenía pensado hacer limpieza en el cajón de la ropa íntima y tirar esas bragas que dan pena y que guardamos para los maravillosos días de la ovulación. Las dejo ahí, a recaudo, que dentro de poco las venderé al mejor postor enfermo guión salido que las quiera adquirir para… voy a dejar también en blanco esta otra reflexión.

Pero, ummm, estoy pensando… mejor me limito a los lésbicos.

Si, creo que soportaré una tipa con celulitis antes que un viejales hasta arriba de Viagra. O un jovencuelo con ganas de jugar con mi trasero, ah eso no! El extremo de mi intestino grueso es sagrado. Tío machácatela con una sandía. ¡Ups perdón!, es que no soporto a esos niñatos del porno que se piensan dioses,  simplemente por tener un colgajo que sobrepasa la medida estandar…

Además hace falta innovación. Ya lo dicen todos los expertos en economía I+D incluso algunos añaden una I más, será la de Idiotas, os habéis llevado todo el curro a la China Popular y ahora aquí estamos en pelotas. Así que ya que estamos como vinimos al mundo, pues nos ponemos a hacer porno, porque magdalenas no vamos a hacer, da un poco de repelús. Eso es otra cosa que no entiendo del ser humano. El querer ir en pelotas. Vamos a ver, es inviable el acudir a la pescadería y ver al pescadero mostrarte toda la hucha mientras está preparándote la merluza para cocinar en el horno. No no no, no, como mucho en la playa pero prohibidos los periódicos que hay mucho vicioso suelto agazapado detrás de la prensa.

¿ Iba por..?? ¡ Ah sí! Innovación.

Vamos a ver, ¿Cuántos años tiene el Kamasutra?

¿Cuántos? Lo busco en el Google. Del siglo II al siglo IV. Casi nada.

Voy a hacer el típico comentario, no tenían tele.

¿Cuántas posturas vienen? Lo busco 64. ¡Ayy!, casi llegan al número… 

¿Cuántas hacen en el porno? TIC TAC TIC TAC.

INNOVACIÓN

Hay que revolucionar el porno.

Ya vale de mentiras. 

Pajilleros, os están engañando, es todo mentira, como ET, como Indiana Jones. El único orgasmo que hay en todo esto es el que está entre tus manos. Uy me he pasado.

Voy a decirlos la verdad; los del porno son todo muñecos creados por Disney en colaboración con Nintendo. Es un complot.

Están introduciendo robots en nuestras vidas, sin darnos cuenta, mientras los chinos nos matan lanzando virus al aire.

Para cuándo nos enteremos, tú vecino, tu jefe, tu pareja, la tipa que te beneficias cuando supuestamente vas a jugar al pádel, todos, son robots.

¡Anda! Si están dando Félix Rodríguez de la Fuente en la tele.

Este típo no me lo perdía yo cuando era canaja. Si hubiera existido en el siglo ll no tendríamos ahora el kamasutra. 

Qué raro, una manada de lobos detrás de una cabra.

Ups! La han cazado, pobrecita.

“en cuanto el ruido cesó supo, que algo importante había cambiado”

Pues sí Félix, si, la ley del más fuerte una vez más ha triunfado.

¡Bah! paso del porno, mañana vuelvo a la oficina.






sábado, 26 de septiembre de 2020

Sueños


A veces, los sueños curiosos escarban en lo profundo del cerebro, desenterrando recuerdos que permanecían olvidados, quizás sin querer, por el paso del tiempo o quizás por la necesidad de tener que olvidar.

Allí aparecen, felices, rodeados de luz, cómo si nunca hubiera pasado nada, cómo si todo siguiera igual.

El despertar es amargo, vacío. Duele.

A penas abres los ojos y ya te han jodido el día.

Quiero un buen polvo que con sus endorfinas maquille la realidad.

Quiero llorar para desinfectar y borrar las huellas.

Quiero un abrazo y una sonrisa que no me haga sentir...

Quiero seguir sin que el maldito pasado vuelva.

jueves, 17 de septiembre de 2020

El cargamento

 


En cuanto el ruido cesó, supo que algo importante había cambiado. Se encontraba más pesado. La boca le sabía a acero galvanizado, sentía la lengua enorme como una babosa beremana, presionando el cielo del paladar. Se palpó la cara, se miró el cuerpo, las manos; las chicas suspiraban por esas manos, cuatro falanges rematadas en uñas escarlata, brillantes, suavemente curvadas. Todo parecía normal.

lunes, 14 de septiembre de 2020

Un pellizco

 

Corazón de mi corazón

mi alma trina una canción

no es la más grande ni la mejor

pero me extasía su sabor

 

Para el incansable tren de pensamientos

no hay nada como el ilógico combustible

hecho a principio de carne y hueso

de alma y sueño

Conocido mejor

Como simple amor

 

Cuando lo hay, lo hay

Cuando no, no hay

Porque al amor

no se le puede forzar

 

Causa cierta envidia

nacen ciertos celos

del amor enfermo

porque a diferencia del ¨normal¨

nunca se llega a los extremos

 

Es besar lento

Es escuchar atento

Es arrancar una sonrisa

al despertar del momento

Ondas




 - Por el todopoderoso Aulë, maldito el momento en que me encomendaron esta misión, no tendía que estar aquí – dice el enano mientras suelta su pesada maza haciendo que retumbe la tierra a nuestros pies y coge un tazón humeante. Solo la comida es capaz de alejarle de su arma. Sin miramientos sorbe estruendosamente la sopa mientras me echa miradas hostiles. Los enanos suelen ser seres asperos, pero este parece el lomo de un dragón. Desde que comenzó el camino en ningún momento ha hecho el menor esfuerzo por disimular su desagrado. Como si para mí esto fuera un panecillo con miel de lavanda. Cuando mi padre me dijo que partiría en busca de las piedras mágicas de Rasendil imaginé que iría acompañada de algún apuesto elfo dorado con largos cabellos color plata y que lucharíamos contra fieros dragones. En cambio aquí me hallo, rodeada de mortales y comiendo sopa de cebolla en medio de un bosque perdido.  

- Deberías sentirte alagado por tomar parte de esta heroica misión – dice el hombre con voz engolada y sacando pecho. Si no fuera tan estúpido hasta podría llegar a ser atractivo, para ser un hijo del reino de Númenor, claro. A pesar de no tener la prístina belleza de los primeros elfos, tiene algo, un atractivo salvaje. En medio de la lóbrega noche y a la cálida luz de la hoguera sus rasgos se acrecientan. Tiene aspecto de animal feroz, con esa barba poblada y esa mandíbula tan masculina. Sus ojos, color castaña otoñal están llenos de vida a pesar de su efímera existencia, sin duda posee algo de sangre de los antiguos reyes de los hombres.

- Quédate tú con la gloria – vuelve a la carga el enano con restos de sopa por la rojiza barba color raíz de sauco - Yo solo veo que me han metido en este berenjenal con pocas opciones de salir con el pellejo intacto. Nunca es agradable tener que compartir tan largo viaje con un elfo, pero ¡orcos fritos! aun peor si es hembra. Esto es un despropósito. ¡Y un hobbit! Si es pequeño hasta para mí… por cierto ¿dónde está ese botarate? 

- Hace largo rato que no le veo, cierto es – dice pomposamente el hombre. Es verdad, desde que se ausentó para buscar unas hierbas aromáticas para añadir a la sopa no ha vuelto. Es una lastima, de los tres el mediano es el único agradable. Vale que es una raza de gente simple y corta de miras, pero también son una monada… Si padre me dejara adoptaría uno rubio.

- Gente peculiar estos medianos – dice el enano mientras se sirve otro tazón de sopa, un trozo de carne de lechón y de un salto vuelve a sentarse en el tocón dejando los pies colgando. Sin ningún recato continúa hablando mientras me señala con el trozo de carne – ay el cerdo…el cerdo es la bomba niña, la bomba… Como decía, son gente extraña pero valerosos. Sin duda conoceréis la historia de Carcen cabeza de jabalí. Era el hobbit de mayor tamaño que jamás he conocido, de unos seis pies.  Conocida sobradamente es la historia de su muerte. 

Todo sucedió al acabar una batalla en la que luchamos hombro a hombro. Ese día en aquella maldita colina se juntaron diferentes gentes de la tierra media para luchar contra una ejercito de orcos venidos del sur. Hacia un frio tan terrible, que si no te dabas prisa al mear se te congelaba la verga. La contienda duro un día con su noche pero al final mandamos a esos malnacidos al infierno de donde salieron. Al acabar victoriosos, todos: hombres, enanos, hobbits y elfos nos encontrábamos eufóricos y el vino empezó a correr sin medida. En medio de ese desenfreno un rey de los hombres decidió pasear entre sus huestes para mostrar agradecimiento. Medio borracho como estaba y con la oscuridad de la noche, en medio del paseo le pareció ver un niño de espaldas. Extrañado por encontrarle en un campo de batalla decidió levantarle en volandas para celebrar con él, pero grande fue su sorpresa cuando al alzarlo se dio cuenta de que este no era otro sino Carcen cabeza de jabalí. El hobbit ultrajado, sin importarle la realeza de aquel hombre, cargó furioso contra el rey dispuesto a ensartarle con su espada Brilo. Y por Aulë que casi lo consigue, si no fuera por la guardia personal del reyezuelo. Pero antes de caer muerto se llevó a tres o cuadro hombres por delante. Una lastima que un mediano tan valido con la espada cayera por tal estupidez.

Pero más interesante que su muerte fue la historia de como consiguió su espada Brilo. Lo oí de su propia boca la noche antes de la batalla, con un barril de hidromiel para calentarnos y bajo las brillantes estrellas que nos recordaban lo insignificante de nuestra existencia. 

“Siendo yo aun un jabatillo de teta llegó a mis oídos la historia de un enorme lobo que estaba sembrando el terror a cierto pueblo de la comarca cercano al bosque negro. Muerto de miedo fui hasta el lugar, quería correr aventuras y ganar fama para que las chicas me hicieran caso. Cuando llegué, los lugareños me contaron que la alimaña era tan grande que parecía una reencarnación del mismo Carcharoth, el padre de todos los grandes lobos de la antigüedad. Grande como un caballo, según decían podía tragarse a un hobbit de un bocado, con coraza y todo. Con la boca chica les prometí a los lugareños acabar con la alimaña aunque la verdad que no tenía ni idea de como lo iba a hacer. Me indicaron donde estaba su madriguera y después de una noche sin dormir por puro miedo, con el alba salí en su búsqueda. Mi intención era sorprenderle con la luz del día y acabar con él mientras dormía en su madriguera. Pero por mi falta de conocimientos y según mi parecer, por mediación de algún encantamiento, me sorprendió el atardecer. Por un instante pensé en volver al pueblo, pero el imaginarme la vergüenza y las risas de las gentes me insuflaron valor. Con una antorcha en la mano y mi daga en la otra entré en su guarida. Aterrado recorrí toda la estancia, temiendo a cada instante que la bestia apareciera. Pero no fue así, no hallé al lobo ni a bestia ninguna, lo que si que encontré fueron numerosos tesoros por toda la cueva. Supuse que debía ser el botín que habría acumulado la alimaña a base de devorar a inocentes. Se me pasó por la cabeza llenarme las alforjas de oro y escapar de alli olvidándome del asunto, pero pudo más mi hambre de fama que mi razón. En lugar de agenciarme alguna reluciente presea, me llamó la atención una daga de hombre que en medio de aquella oscuridad parecía que brillaba con luz propia. La cogí en mis manos y me sentí poderoso, como uno de los antiguos reyes elfos. De repente un aullido me saco de mi ensimismamiento y me heló la sangre. Me giré hacia el ruido y en la entrada de la cueva me encontré con un par de ojos escarlata refulgentes como el fuego. Aterrorizado aferré la espada mientras el lobo corría hacia mí con sus fauces abiertas. Yo estaba a punto de derrumbarme cuando una fuerza mágica proveniente de la espada me insufló animo. Sin yo poder controlarla el arma empezó a moverse deteniendo las acometidas de la fiera y en menos de dos segundos rajé la garganta de la bestia. El animal empezó a soltar gran cantidad de sangre por la boca y a hacer un ruido extraño y ronco. Era una especie de estertor anunciando su inminente muerte. En cuanto el ruido cesó supo que algo importante había cambiado dentro de mí, a partir de ese día jamás volvía tener miedo. 


sábado, 5 de septiembre de 2020

Reto semanal

El reto de esta semana busca trabajar nuestras debilidades, como un detestable coach os invito a salir de vuestra zona de confort. Tendréis que crear un relato a partir de una frase, solo hay una condición que tenga un genero o estilo con el que no os encontréis cómodos o nunca hayáis usado. La idea es sufrir y ver que somos capaces de hacer cosas diferentes si nos lo proponemos. 

Os doy de plazo hasta el domingo 13 y el que no cumpla con las normas o no lo ponga a tiempo será un perro mojado.

La frase es:

"en cuanto el ruido cesó supo que algo importante había cambiado"



sábado, 29 de agosto de 2020

Deseos (terminado)


Aquella noche quedamos en la playa. Con la excusa de ver no sé qué de las estrellas, la peña iba a hacer una litrada y aprovechar por si con el ambientillo romántico se podía sacar tajada.

Y allí estábamos, hartos de beber, tumbados sobre la arena, mirando al infinito y tratando de evitar que el sueño dominara nuestros cuerpos.

Poco a poco todos se fueron retirando, aquello empezaba a ser demasiado aburrido. Cuando los últimos se despidieron Txefo y yo nos miramos sin saber muy bien qué hacer. Creo que ambos estábamos demasiado borrachos para volver a casa así que nos encogimos de hombros y de la misma salimos corriendo en dirección a la orilla.

Allí, nos detuvimos con los ojos puestos en el infinito. La vista era increíble y las olas con su vaivén invitaban al baño.

No lo pensamos dos veces, nos pusimos en pelotas y al agua patos.

Nadamos un rato sin mediar palabra. Yo estaba flotando sobre el agua observando el cielo. Otra estrella más comenzó a caer. Pero esta vez la cosa era diferente. Comenzó a acercarse poco a poco. Cada vez la luz blanca era mayor y más intensa. Txefo me gritó asustado. Estábamos cagados de miedo.

 Y cayó. La estrella cayó al mar y este se volvió de color esmeralda, cristalino y luminoso. Éramos capaces de ver el fondo y los animalillos marinos nadaban confusos alrededor de nuestros cuerpos. 

Se hizo un inquietante silencio.

Txefo confundido dijo en voz alta: 

- ?Sabes cuál es mi sueño? Ser como Nacho Vidal. Estar forrado y pasarme la vida entre tías buenas.

- Joder tío vaya ídolo q te has buscado. Pues a mi me gustaría ser un tío poderoso, e intocable.


No recuerdo muy bien cómo volvimos a casa pero si cómo me desperté.

Estaba tranquilamente en brazos de Morfeo cuando sonó el wasap.

Txefo:

“Tio, esto es la ostia!

Me ha pasado algo flipante

Me he despertado con una empalmada del 15 y cuando he ido a desfogar, me noto que tengo un pollón descomunal.

Joder, pensaba que estaba soñando. 

Me he tenido q levantar y mirarmela al espejo.

Mira tío

-Foto-“

Yo:

“Subnormal, xq me mandas esto?

Vete a la mierda cabrón

Donde ostias has metido la polla?

Paso, no quiero saberlo.

Vete al médico gilipollas”

Me levanté trastocado aún por la imagen tan vomitiva que a acababa de ver y me dirigí a echar el meo matutino.

Al salir, me vi por el rabillo del ojo reflejado en el espejo del lavabo.

- Pero ?qué coñ??

Esto es una broma de mal gusto. ?Dónde cojones está mi cara?

Me lave varias veces pero no había manera, estaba irreconocible.

Llamé a Txefo

- Ven echando leches!

- Ahora tío?

- Si, ahora.


Pasaba el tiempo y Txefo tardaba en llegar. 

Al cabo de un par de horas sonó el móvil. Era él.

- Tío dónde mierda estás? Llevo toda la mañana esperándote. Seguro que ya has liado una de las tuyas...

- Dani, escúchame, tengo sólo dos minutos de llamada. Estoy en un lío.

Me han detenido por escándalo público, y estoy en la comisaría de los picoletos. Necesito que vengas no puedo llamar a mi casa. Por favor!

Noté que a Txefo le temblaba la voz 

-  No te preocupes colega, te voy a sacar de ésta.

Trame un plan. Busqué entre la ropa de mi viejo algo elegante que me sentara bien y salí pitando a la comisaría.

Antes de entrar respiré hondo. Necesitaba tener la mente fría para que se creyeran mi actuación. Jeje siempre había soñado con ser actor y este era mi momento de brillar.

Entré con seguridad y mirando al frente hasta llegar a la ventanilla de atención al público.

El guardia civil estaba atareado entre papeles y le llamé la atención con el típico carraspeo de garganta.

El picolo levantó la cabeza y se quedó blanco al verme. Yo me reía por dentro. Debía mantener la compostura. Le miré fijamente.

El agente se marcó ante mí el saludo militar y musitó un - mi señor que le trae por aquí? -

- Agente, creo que erróneamente han detenido al hijo de una de mis empleadas de servicio y vengo a llevármelo.

- Oh señor, seguro que ha sido un terrible error como usted dice. Es el chico del autobús?

- Del autobús?

- Si, el único al que hemos detenido hoy es un pervertido que se ha subido a un autobús repleto y se ha dedicado a restregar su miembro erecto entre el pasaje.

- Oh! Lo siento, no volverá a ocurrir. El pobre tiene una tara. Normalmente está encerrado pero hoy ha debido de escaparse. 

Puede llevarme ante él?

- Si, por supuesto señor.

El picoleto fue delante mío indicándome el camino.

Txefo estaba sentado en un banco, esposado y custodiado por dos verdes colocados tras sus mesas de oficina.

Al verme se pusieron en pie y se marcaron otro saludo militar.

- Señor! 

- Descansen, descansen! - les indique, como en las pelis.

Txefo me miraba con un gran careto de sorpreson. No me reconoció.

- Vengo a por el arrestado. Yo me haré cargo de él. Es hijo de una trabajadora del Palacio Real.

- Sin problemas señor, como usted ordene.

Agarré a Txefo de la manga y le susurré al oído:

- Tira pa lante so tonto del culo. La última de la que te saco.

Txefo me miró incrédulo.

- Eeeeresss tuuu?

- Calla, a ver si la cagas!

Al salir todos los picolos se habían puesto en fila y al grito de - Viva España! Viva el Rey! - nos despidieron.

Ya fuera Txefo empezó a reírse.

- Joder tío tienes la cara del Juancar jajjaja.

- Cállate idiota, has visto la pinta que tienes? Parece que vas pidiendo guerra con esa cosa que te ha salido.

Voy a taparme un poco que como me vea la peña la voy a liar y cuenta qué ostras has hecho en el bus.

- Pues na, cogí el bus para ir a tu casa. Estaba hasta arriba de lleno y este trasto es inevitable no chocarlo con todo. La gente empezó a apartarse y a insultarme. El autobusero detuvo el bus y se dirigió hacia mí amenazándome con que si no me relajaba y me comportaba llamaba a los civiles. Claro yo no podía relajarme, y lo siguiente ya lo sabes.

Esto es una mierda Dani. Me he tenido que poner un vaquero de la gorda de mi hermana porque los míos era imposible. Encima una vieja me ha metido su teléfono en el bolsillo. 

- Pues dime tú qué hago yo con este careto. 

- Se me ocurre una idea. Cris, mi amiga buenorra , la emo. Le molan mogollón los rollos paranormales. Igual sabe algo de lo que nos pasó ayer...

- Vale, vamos pero en el coche me cambio de ropa que me pica el cuello con el polo este de mierda.

Txefo le mandó un mensaje a Cris para quedar en el bareto dónde solíamos tomar las cervezas. 

Cris, tan voluntariosa como siempre,  puso mil pegas hasta que la sobornamos con comprarle una camiseta de algún grupo petardo de su gusto.

Y allí estaba, con su pelo negro y su largo flequillo a un lado. Verle con cara mustia no era novedad. Creo que le faltaban músculos en la cara y por eso no podía sonreír.

Saludó con desgano a Txefo y preguntó:

- Qué Dani, por qué te tapas la cara? O es que por fin te has dado cuenta que tienes cara de capullo?

- Tan simpática como siempre Cris. Pues no, me pasa esto.

Y le mostré mi rostro.

Cris se quedó estupefacta. No era capaz ni de parpadear. Tras unos largos segundos así, soltó una pavorosa carcajada nunca oída hasta entonces.

-  Tío estás  de portada de revista. Puedo hacerte una foto?

Lo del careto de Juancar con la camiseta de Iron Maiden y los pantacas rotos, es total. 

Cómo has hecho ese maquillaje?

- No es maquillaje, lista, es un hechizo o algo así.

- Ummm interesanteee. Contarme!

Por primera vez vi a Cris con cara de "te estoy escuchando y me interesa".

Tras escuchar la historia, la maciza emo se quedó pensativa. 

- Es sabido que a las estrellas fugaces se les suele pedir un deseo y la noche de las lágrimas de San Lorenzo es especial puesto que como caen tantos meteoritos, se crea un ambiente mágico y de una fuerza paranormal que escapa a nuestro conocimiento.

Digo esto, porque no eran realmente estrellas lo que caían sino meteoritos que al entrar en contacto con la atmósfera terrestre se incendian. Lo que visteis era una bola de fuego que fue a apagarse al mar. Y por lo que contáis debía ser de gran tamaño puesto que tardó un rato en apagarse después de precipitarse.

No sé, la única solución que se me ocurre es que esperéis a las  siguientes lágrimas de San Lorenzo.

- Que esperemos al año que viene? Debo pasar todo el año siendo el Juancar?

Ni de coña! Y menos ahora que el tipo está de mierda hasta el cuello con lo de la pasta que le han encontrado guardada en Suiza.

No tendría dónde meterme. Por supuesto,  a mi casa no puedo ir, al Palacio Real con el Felipe y la Letizia tampoco , con la Sofi , na, la pobre si fuera ciervo se pegarían de ostias los cazadores por tener su cornamenta colgada en la pared.

Quizás la rubia esa.. cómo se llama?

 - Corina, la tipa aún está para hacerle algún favor...Pero no sabes inglés.

- Calla Txefo, ya me imagino, tú y la vieja esa. Un exitazo de peli porno. 

- Tíos dejarlo, me están dando escalofríos, no sabéis hablar de otra cosa?

- Si Cris, hablemos de una solución a esto o éste terminará explotado como macho alfa en la sala Bagdad y yo me tendré que confinar de por vida.



El barrio de la Palanca en Bilbao, se había convertido en típico lugar a evitar por los autóctonos. En su día su larga calle se transformaba por las noches de bulliciosa y comercial a lugar de fiesta y lujuria.

Sus cabarés frecuentados por mujeres sin nada que perder y hombres con el bolsillo caliente por la paga semanal, lo hacían famoso. Borrachos, putas y sexo era el ambiente cotidiano al que el vecindario se había acostumbrado.

Los tiempos cambiaron y entró el polvo blanco, corrompiendo  todo aquello que tocaba. Las chicas, muchas consumidoras salieron de los locales para ofrecerse en cualquier rincón en una amalgama de yonkies, chulos y traficantes.

La decadencia llegó al barrio.

En un desesperado esfuerzo, los bohemios y los ilusos luchadores instalaron sus negocios para intentar volver a tiempos mejores.

Y a ese barrio nos llevó Cris.

Se paró frente a una tienda con oscuro escaparate. Velas, cartas del tarot, una bola de cristal y de más objetos de brujería se exponían en su interior.

En el letrero que colgaba sobre la puerta ponía:

“La bruja Xena”

Miré con desconfianza a Txefo. Una bruja, ¡Bah!, Más bien una timadora de atontaos, pensé.

- Vamos, entrar- Cris movía su mano izquierda mientras sostenía la puerta con la otra.

- Paso tía. Nos va a sacar la pasta para nada.- Respondí.

- ¿Tienes una idea mejor?

- Vale Cris, pero yo no suelto un chavo.

- Tranqui rata, ya he hablado con ella y el trabajito de brujería lo hará gratis.

- Uff ¿brujería? Yo paso Cris, esto me da mucho canguelo.

- Txefo, tío se un poco valiente, ¿Te doy la manita para entrar?

- No, mejor me la agarras, vete a la mierda Dani.


La entrada era oscura, a penas se podía ver algo.

Unas pequeñas lucecillas como luciérnagas adornaban las paredes.

Cris entró con paso firme.

 No era la primera vez que estaba allí.

Al llegar al fondo, surgió una habitación plagada de velas. El humo flotaba en el aire mezclándose con un olor a incienso que hacía del lugar algo místico e intrigante.


-¡Xena, hemos llegado! Gritó Cris.

- No hace falta que grites niña, os he oído llegar.

Cómo de la nada surgió una figura alta y esbelta. Su voz era grave  y  dominante.

Al acercarse a las velas pude verla mejor.

Era de tez muy oscura, pero los rasgos de su cara eran muy finos. Sus ojos eran negros como el carbón y sus labios terriblemente sensuales.

En sus mejillas tenía unos tatuajes tribales.

Su largo y liso pelo negro caía hasta alcanzar su cintura.

Sentí un calor en la entrepierna.

Esta tipa me ponía. 


- Bueno chicos, vaya lío en el que os habréis metido. Habéis desafiado al poder de los elementos desperdiciando su magia con absurdos deseos y os ha castigado.-


Se aproximó a nosotros. Puso su mano sobre el hombro de Txefo mostrando unos finos dedos que terminaban en unas maqueadas uñas pintadas en rojo.


- Madre mía, no quiero saber qué pediste, aunque me lo puedo figurar- exclamó con cara de sorpresa mientras no quitaba ojo al paquete de Txefo.


- ¿Y tú?- dijo mientras se me acercaba como una jodida diosa.

No podía hablar. Tenía el gaznate seco y pastoso.


-¡Ah! A ti te ha comido la lengua el gato.- me susurró al oído.


-¡Noo! Dije soltando tremendo gallo.

Estooo.. Mira el careto que tengo.


- ¡Jajaj! ¡Bonita cara! ¿no había otra?-  volviéndome a susurrar en la oreja mientras deslizaba un par de sus garras felinas por mi jeta.

Noté tremendo erizamiento y no sólo de pelo.

- ¿Se te ocurre algo Xena?- soltó Cris con cierto tono de incomodidad.

- Creo que les voy a hacer un trabajito de magia cubana. 

- ¡Ah no, eso no!!  Vas a matar un gallo y a escupirme vete a saber qué porquería. Paso. Me voy.

- Txefo tío, ¿Dónde vas? ¡No seas idiota!- le recriminó Cris.

- ¡Venga Txefo si a ti te ponen esas guarradas!- le dije para quitarle hierro al asunto pero yo también estaba acojonado.

- Chicos, seré buena.- La bruja nos miraba sádicamente.


Xena decidió hacer el rito por separado. Primero sería Txefo y luego le tocaría al menda. La cosa se puso sería cuando le pidió a Cris que volviera en un par de horas. Se supone que no era aconsejable exponerse a la brujería ajena. ¡Ups! ¿Qué coño va a hacer la tipa esta?


Xena se acercó a Txefo y le indicó moviendo su cabeza, que entrara en una habitación cuya puerta se ocultaba tras un cortinon de terciopelo granate.

Yo me quedé allí plantado, sentado en torno a una mesa redonda cubierta por un mantel también granate y con la típica bola de cristal en medio.


Comenzaron a escucharse los sonidos de alguien cantando. Xena entonaba un mantra que me recordaba a las pelis de indios y vaqueros.


Se hizo el silencio. Un rato. Otro rato. Empecé a ponerme nervioso. ¿Qué estarán haciendo ahí dentro?

Me acerqué a la puerta. No se oía nada.

Di una vuelta y otra y otra alrededor de la habitación hasta que decidí entrar.

Cuando estaba girando la manilla, noté una fuerza que me empujó hacia adelante.

La puerta se abrió, haciéndome perder el equilibrio yendo a caer encima de Xena.


- Chico, ¿así, sin previos?


Creo que es de las pocas veces que delante de una tía quería que me tragara la tierra.


- Ahora te toca a tí corazón.- Dijo con picardía.

-Txefo, puedes marcharte, recuerda lo que te he dicho que hagas esta noche.

-Txefo, ¿Me esperarás no?

-Tu amigo no te va a esperar porque contigo tengo un duro y larrgoo trabajito que hacer.- 


Esta tía me estaba hirviendo la sangre.


Me quedé con cara de panoli mientras cerraba la puerta.

-¿Qué, qué tienes pensado, Xena?

- Umm cariño, te voy a hacer algo que no he hecho nunca.

-¿ehhh, eso qué significa?

?voy a ser tu conejito de indias? – estaba tratando de ser seductor.

- Niñato, no te pongas tonto o te cambio la cara por la de un burro.

- Jajjaja no me digas que sabes hacer eso. Entonces seguro que te aplicas la magia a tí misma y esa cara tan hermosa en realidad oculta la de una berrugosa bruja.

- ¡ Esta cara me la dieron mis padres después de tremendo polvo, cosa que tú no sabes lo que es!


La tipa empezó a cabrearse. Sus ojos se agrandaban por momentos y sus pupilas dilatadas se mezclaban con el negro color de su iris. Me dio un escalofrío.

Por un instante pensé que se metía en mi mente.

- Si no te vas a tomar esto en serio es mejor que te marches. Estoy perdiendo dinero contigo.

- Bueno, no tengo muchas más opciones, te dejaré hacer. ¿Hay algún riesgo?

- ¿Riesgo? ¿De qué? O funciona o no funciona. Peor de lo que estás no vas a quedar…

Se quitó la larga toga negra que vestía dejándola caer sobre el suelo.

Un escaso vestido color índigo ceñía su contorno dejando poco a la imaginación.

Tragué saliva.

Sus largas piernas reflejaban la escasa luz.

- Bueno, me gusta el comienzo.

- Niñato, ¿vuelves a las andadas? Aquí mando yo.


La bruja se giró contoneando su cuerpo y sin poder evitarlo mis ojos se clavaron en su trasero respingón.

Se dirigió a una estantería y tomó varios objetos. Entonces me dediqué a observar la habitación. Estaba llena de armarios cerrados con llaves que colgaban de sus puertas, excepto en una pared desnuda de la que colgaban unos grilletes.


¡Upss! Volví a tragar saliva mezcla de excitación y nervios.


- No me ataras ahí, ¿verdad?.


- Si, ¿Dónde te crees que ha estado tu amigo todo calladito?

Movió un par de dedos indicándome que me acercara. Y allí fui, más caliente que un tubo de escape.

Dejó los cacharros en una mesa cercana.

 Cuando terminó de colocar todo, me agarró del brazo y me llevó hasta aquella pared.

- ¡Gírate!

 Me empujó con un golpe seco y me esposo de pies manos.

- Así estarás quietito.- volvió a susurrar.


¡Ostia! Odiaba esos susurros.


Volvió a la mesa y empezó su mantra mientras abría y cerraba frascos, volcando su líquido en un katilu.

Lo mezcló con una extraña cuchara brillante y lo alzó hacia arriba como invocando a algún dios.

Vi que la cosa iba en serio. Era bruja de verdad. Ahora el que se cagaba era yo.

Vino con el brebaje y me lo acercó a la boca. 

-¡Bebe! Me gritó continuando su canturreo.

Bebí hasta agotar el líquido.

 Sabía a especias y azúcar. ¿una queimada fría? Pensé, ¡menuda mierda!

Noté calor. El sonido del mantra empezó a no ser perceptible por mis oídos. Sólo la veía a ella moviendo sus carnosos labios. 

Iba de un lado para otro y el aire que desplazaba a su paso me rozaba acariciandome la piel.

Se me cerraron los ojos. El mantra volvió. Sonaba como dentro de mi cabeza. 

Y la voz susurrante de Xena retumbaba como el eco en mi cuello, trepando suavemente hasta introducirse sutilmente en mis oídos.

Mi respiración comenzó a agitarse. Me faltaba el aire. El corazón bombeaba desesperado por lograr que el poco oxígeno que trasportaba la sangre llegara a cada rincón de mi cuerpo.

Cada vez menos aire, cada vez más velocidad. Sentía la sangre fluir sin freno, desbocada.

Entonces se acercó ella, sentí sus manos acariciar mi pecho. Abrí los ojos como acto reflejo. Tenía sus labios delante, entreabiertos.

El hambre se apoderó de mí. Acorté como pude la poca distancia que nos separaba y entonces…

Entonces sentí como un fuerte golpe.


Me desperté sobresaltado. Tenía un fuerte dolor de cabeza. Miré a mi alrededor. Estaba en mi habitación sobre mi cama. No sé ni como ni cuánto tiempo llevaba allí.

Me levanté torpemente y llegué al baño. En el espejo volvía a ser el mismo.

¿Quizás una jodida pesadilla?

Busqué el móvil. Allí seguían los wasaps de Txefo.

Había sido real.

Salí corriendo a la habitación. Me vestí con lo primero que encontré y me fui disparado a por el coche.

“La bruja Xena”


¿Dónde está? ¿Era aquí?

No conseguía dar con ese cartel de letras en madera tallada.

Escribí a Txefo.

“Txefo tío pregunta a Cris dónde está la bruja.”

Esperé pero el cenutrio no miraba el móvil.

Aparqué con idea de recorrer las Cortes a pie.

La mezcla de razas y la dejadez de las fachadas me transportaron a un lugar diferente del pijo Bilbo.

Sonó un wasap:

“Tio, Xena cerró”

“ ¿Cómo que cerró?”

“Si”

“Ayer estuvimos”

“No, de eso hace un mes, tío.” 


















lunes, 24 de agosto de 2020

Stranger Things

 


Lo observó una y otra vez por el lente, sin lograr hacerse a la idea de que lo que vio era posible. Anotó los resultados en su libreta para no olvidarlos. E hizo innumerables cálculos sobre papel con ayuda de una calculadora durante tres días y tres noches, sin descanso. En ese tiempo estuvo como loco, comparando textos antiguos y reescribiendo fórmulas matemáticas complejas en una pizarra vieja. Al finalizar sus minuciosas operaciones, predijo con pasmosa exactitud lo que acaecería en un futuro cercano. Llamó a sus amigos, a la familia, y por último, a la prensa para explicar su descubrimiento a detalle. Y después de hacer todo ello, suspiró, se sintió satisfecho, se recostó en su sillón, bebió un enorme trago de Vodka, y se pegó un tiro en la sien.

Con sumo cuidado, como si fuesen de cristal, desnudaron a las docenas de niños frente al estanque. Se realizaron un par de plegarias al Poderoso, y llevaron a los chiquillos de la mano hasta el centro del lago. Una loba que pasaba por ahí observó el frenético chapoteo y escuchó los gritos desesperados de los inocentes, sin embargo, no le tomó demasiada importancia al asunto y volvió a lo suyo, pues, los piecitos y manitas que colgaban de su hocico tenían mayor prioridad. Después de todo, los cachorros esperaban hambrientos en el cubil.  

Toda la familia Pereira sintió que le habían recorrido un cubito de hielo por la espalda al ver que el remolino de golondrinas que se cernía sobre su hogar volaba cada vez con mayor velocidad, pero sintieron más frío el espinazo cuando de pronto, las aves en un giro brusco, comenzaban a estrellarse una tras otra, de cabeza, en las ventanas de la casa, no obstante, su mayor sorpresa sobrevino un poco después, cuando en pleno vuelo, éstas, se envolvían en llamas.

Las buenas y las malas ideas le llegaban a raudales, pero sencillamente, no lograba decidirse. ¿Debía de usar el último cartucho de escopeta en él, o en su hija?

A la escasez sombra de un árbol seco, Pedrito, ciego, lloraba lágrimas de sangre mientras continuaba masticando los intestinos de su madre.  

Hoy sin duda será un día hermoso, se dijo el Padre Doroteo. Al fin había llegado, al fin había comenzado lo anunciado. Se convencía cada vez más con cada pensamiento surgido en su efervescente mente. Toda una vida lo había esperado, claro, no con mucha fe, pero, al ver algo así, al ver algo que en solo sus sueños más descabellados apenas había atisbado, recobró la esperanza y se llenó de alegría: Un cielo cubierto por nubes grises y bermejas de polvo; rescoldos flotando sobre todo el mundo pecaminoso. Sus labios; por conciencia propia, se arquearon, al ver que, en lo alto, un ojo enorme hecho de nubarrones lentamente se abría, y que de éste, surgían una cantidad innumerable de bestias aladas. El Padre, al contemplar esto, con ahínco y sudando, hizo sonar las campanas de la iglesia mientras gritaba a todo pulmón: ¡Ha llegado! ¡Ha llegado! ¡Él ya está aquí!

Elizabeth volvió a sentir el escozor, y se llevó la mano a la nuca para confirmar si eso seguía ahí, al sentirlo moverse bajo la piel escamosa y estriada, se relajó. Sí, seguía ahí, y crecía sin problemas. No tardará en reventar, afirmó.

La abuelita Matilde, con la mirada puesta en el suelo, se mecía de atrás hacia adelante en su mecedora, mientras decía con medio susurro una y otra vez: Abraza tu odio, traga tu ira, huye a tu soledad. Abraza tu odio, traga tu ira, huye a tu soledad. Abraza…

Y todos estos, y muchísimos más eventos, no mencionados, alrededor del mundo, se desencadenaron una semana después de ver en el cielo un puntito, una cosita, una diminuta pero brillante estrella negra en pleno día.

Fin.

Armagedon

 

¡-Ah juelita! Si me dijo doña Carmen, que no saliera en viernes trece, ¿no era martes?, no no… es, era jueves. ¡Ay ya no me acuerdo! el viaje de los pollitos radioactivos ¿Cuándo fue?. El caso es que andaba tumbada tratando de conectarme con la Pacha mama. De vez en cuando trataba de cerciorarme de que no hubiera ninguna pelusas en el ombligo, y las estrellas ¡Oh, las estrellas estaban hermosas! La luna redonda y blancota parecía una panacota.

-¿Clara? ¿Estás bien?

¡Mirá que poeta soooy! Le dije al flaco, que iba de blanco. Le dije también que pude haber escrito los versos más tristes… escribir, por ejemplo, que titilan los astros a lo lejos y … ¡Madre mía! Era verde, no,no,no, era, rojo… no, era amarillo. No, eso es un semáforo y sí ví un semáforo bailarín, pero eso fue la semana pasada, pero te juro, te juro que ese día no había consumido nada.

-Concéntrate, clara, concéntrate. ¿Qué más pasó?

- Que no soy clarita… que soy oscura. ¡Sí señor! Ese nombre que me puso mi mamá  no me queda. Levanten las botellas ¡Hip! El caso es que venía hacia mí... grande, resplandeciente, una pelota de luz, que te cagas del susto si la miras. No como el sol. el sol parecía un puntito de nada… Esto era, era el Armagedon.

- ya dime ¿Cómo carajos te hiciste el huevo ese en la cabeza?.

-Ah, esto, la luz… la luz me golpeó. Y me di cuenta que no estaba en el patio y que no eran estrellas sino fotolitos.

- ¿Entonces?

- Pues, es que se pasaron un poquito con la anestesia, no era el Armagedon, era la lampara del dentista.