- Por qué lo haces?
- Porque cuando lo veo, cuando su olor penetra dominante en mi olfato, me posee. Es como si cada molécula de aire se difuminarse en mi interior hasta el infinito controlando cada célula de mi cuerpo. Estoy fuera de sí. Me habla, me ordena y si me niego, me grita, fuerte, muy fuerte.
- Y cómo es su voz?
- Grave, profunda, determinante, diría que incluso sensual.
- Te pone?
- Ummm. No…
- Te excitas cuándo haces lo que te ordena?
- Si. Mucho. Me desborda, me supera, estoy fuera de control.
- Qué te incita a hacerlo?
- Cuando lo veo, sin duda. El olor me pone, me pone mucho pero es verlo y… querer más. Disfruto encendiendo la pequeña llama, me quedo ensimismado ante el destello de colores que proyecta mientras baila para mí. Soplo la pequeña llama y cambia su ritmo, se ondula suavemente. Me gusta controlarla, doy un soplido mayor hasta casi apagarla y entonces la veo como pelea por volver a resurgir. Su calor es suave, agradable, pero si acerco mis dedos me quema haciéndome gritar y me excito.
Entonces, es el momento en que crezca ante mí, que se muestre grandiosa.
- Ahí es cuando haces el fuego
- Si, ahí es cuando acerco mi pequeña llama a un manojo de hojas secas que he ido seleccionando conforme paseaba por el lugar.
- El lugar lo eliges al azar?
- No! Tiene que ser un sitio especial donde mi Dios pueda manifestarse en todo su esplendor. Si elijo cualquier sitio y a él no le gusta, no aparecerá y terminará apagándose mi llama.
- Cuándo eliges el lugar?
- Días antes, paseo, me pierdo entre caminos y de repente surge. La propia naturaleza me lo muestra. Me muestra cuál quiere que sea su altar de sacrificio para honrarle.
- Perdona, te he interrumpido. Cómo sigue el rito?
- Una vez prendidas las hojas secas, me tumbo a su lado. Observo cómo va consumiéndolas lo que la hace crecer y coger más fuerza. La sigo soplando para que dance sensual y me embriague con su olor. Sabe? Cada hoja tiene una fragancia diferente en combustión. Incluso el humo que desprende adquiere diferentes tonalidades.
- Ahí es cuando pierdes el control?
- Bueno, ahí aún domino la situación, es como cuando comienzas a salir con una chica, estás atontado y con mariposas en el estómago. Conforme va creciendo, alimentándose poco a poco de lo que le rodea, cuando él aparece, se me va la cabeza. Mi Dios se mete en mi cuerpo anulando a la persona. Me trasformo en su títere, es su manera de manifestarse para poder imponer su fuerza sobre el mundo.
- Creo que ha sido suficiente. Sabe que se le acusa del incendio de un bosque de hayedos milenarios. Los ecologistas se nos echaran encima. Intentaré alegar enajenación mental para conseguir una condena menor. Buenos días
A mí también me puso tu historia. Al comienzo pensé en otra cosa, supongo que eso también influyó un poco, jjj. No sé si atreverme a preguntarte si te has documentado para describir la sensación o lo experimentaste por ti misma (ups, ya lo hice).
ResponderEliminarLa fascinación por el fuego, buena, me gustó.
En la parte negativa, al final el diálogo se vuelve más formal, se tratan de usted y no entiendo por qué, y también lo encontré brusco. Me gustó por lo inesperado pero lo sentí como un tajo.
El fuego creo q tiene algo q embruja no se si serán los colores o es porque el ser humano se convirtió en humano cuando lo descubrió y eso aún está en el subconsciente. Creo q algunos pirómanos tienen esa locura de adoración al elemento. En cuanto al final, el abogado/a quiso ir de coleguita para sacarle información y luego volvió a ser lo que era, abogado, jaja igual no se ve bien porque lo corté rápido. Últimamente me salen los finales así 🤔 gracias por comentar Índigo.
ResponderEliminarAl principio pensé en el amor, después creí que se trataba de un rito satánico; una chispa me llevó a pensar en la locura del entrevistad@. Lo de las piromanía no lo vi hasta el final.
ResponderEliminarBuen relato Mery
Gracias Azahara, me gusta jugar con la confusión y me alegro haberlo conseguido. Gracias por tu aportación 😉
EliminarSe me hizo super real, hasta la parte final, claro. Y es que tiene su toque ero, ero, que despierta la flor de la piel, que da gustito, jaja. Muy, muy bueno la verdad. :)
ResponderEliminarJejje el fuego tiene mucho de ero como dices tú Diego. En torno a una hoguera puede pasar cualquier cosa jaja. Gracias Diego!😆
ResponderEliminarYo estoy de acuerdo con el resto, empieza muy bien metiendote en una historia intensa y el final queda demasiado frio
ResponderEliminarGracias por opinar Kobbe, se me acabó el rollo pronto.😬
ResponderEliminarPues a mí me la dejó blanda. A ver si espabila, hija.
ResponderEliminarPásese x las cartas de amor a ver si le ponen más 🤣🤣
EliminarEl erotismo descrito por un pirómano. Me resulto predecible, a decir verdad. Es recomendable no comerse los signos de puntuación (los de interrogación básicamente), y revisar algunas discrepancias de sujeto en el primer párrafo.
ResponderEliminarGracias por opinar Camelot pero con el móvil hay signos q no puedo escribir.
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