Corría el año 2500 en la colonia estelar de Latamska. Una
mujer que rozaba los 43 miró por la ventana y en el basurero espacial encontró lo
que parecía ser una amapola. Quiso acercarse, decían que esas flores escasas concedían
deseos y ella no había podido cumplir el suyo desde que las clínicas de fertilización in vitro habían cerrado por tráfico de clones.
La mujer se detuvo en cuanto vio el letrero de neón que
parpadeaba a medias. “Propiedad de la hechicera interestelar” suspiró con
tristeza y le dijo a su marido: -¿ Amor? ¿Recuerdas cuando me regalabas flores?
Si me dieras una, solo una. Dejaría de molestarte con el asunto de la adopción
del niño.
Como su marido la amaba, entró en el basurero espacial.
Regresó a casa con la flor en las manos y la puso sobre la almohada de su amor.
Ella ilusionada lo besó y tuvieron sexo. Pero a la media noche, mientras
dormían escucharon una voz que les sacudió las tripas. - ¡Así como me han
robado les robaré lo que más aman!
La mujer se puso la amapola en el cabello y se abrazó a su
esposo. Mientras volvía a dormir pidió un deseo. Ocho meses y medio después la mujer tuvo una
niña a la que llamó Amapolia, que creció con un cabello largo y ondulado como un
río. Cuando Amapolia estaba a punto de cumplir quince años, sus
padres fueron a buscar Bayas para el pastel. La bruja aprovechó la ocasión para transformarse en
un gato de tres colores que embrujó a la niña con sus mirada y la condujo hacia
el al basurero interestelar. Una vez allí la encerró en la torre de escombros
más alta.
Los padres pusieron letreros para buscarla, pero pronto
murieron por una hambruna que azotó la zona. Cuando la hechicera
quería ver a la chica le gritaba: Amapolia, déjame
peinarte. Y cada vez que ella se asomaba uno de sus cabellos tocaba las
latas que se reacomodaban para formar una escalera plateada. Un
día, un muchacho escuchó gritar a la bruja y quedó atontado al ver la belleza de Amapolia. Siguió durante un mes a la hechicera en
secreto y practicó una imitación de su voz. Hasta que se decidió a visitarla
una noche de Abril. Amapolia- Déjame peinarte.- dijo.
La Joven se asomó por la ventana y el muchacho trepó con
todas sus fuerzas sobre los escombros metálicos. Cuando llegó a la alcoba de Amapolia,
vio que detrás de la chica había una sombra. Que la abrazó y convirtió todo el
cuarto en tinieblas. De la negrura emergieron dos ojos
brillantes y unas garras metálicas. Afuera se escuchó un grito.
Cuando regresó la luz, Amapolia miró a su hermano menor cubierto en sangre. La Bruja se limpió las manos, agarró un peine y comenzó a trenzarle el cabello a la chica que lloraba en su prisión de lata.
Cuando regresó la luz, Amapolia miró a su hermano menor cubierto en sangre. La Bruja se limpió las manos, agarró un peine y comenzó a trenzarle el cabello a la chica que lloraba en su prisión de lata.
- -_ No te sientas mal por él, querida, era un ladrón como tus padres que te
cambiaron por esa mísera flor, tampoco es que les importaras lo suficiente.
Bian. <( ̄︶ ̄)>
ResponderEliminar¿El hermano? Cuántas amapolas robó el marido? y tráfico de clones?
ResponderEliminarYo lo que creo es que la mujer ya estaba embarazada y todo el asunto del secuestro solo fue un cabreo de la bruja porque le estropearon el jardín y se le fue de las manos
jajaja. Genial!!! A mí, estas historias me pierden en la fantasía creada. Me encanto!!!
ResponderEliminarBian. <( ̄︶ ̄)>
ResponderEliminarMe gusta tu imaginación. No se me hubiera ocurrido nunca, pero lo del hermano yo tampoco lo entiendo. Por lo demás genial versión
ResponderEliminarInteresante reinterpretación de un cuento clásico ambientado en un escenario SF. Lo del hermano menor también es un buen giro de tuerca, aunque al no desarrollarlo lo suficiente, se siente algo forzado. El diálogo final da la sensación de que el cuento se rompe de manera abrupta, como si diera pie a una posible continuación de la historia.
ResponderEliminarMe encantan las mezclas. Esta historia me ha gustado por lo atento que ha mantenido mi interés por ella.
ResponderEliminarCoincido con todos, lo del hermano me ha abierto un interrogante muy grande.
He recordado una canción de mecano. Mi madre me contaba algo parecido cuando yo era chiquita.
Os dejo el enlace: https://youtu.be/OwGG5fX7bxY
Gracias por tu cuento.
Jeje es que los padres querían un niño, no una niña. 😋
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